Cinergia

¿Ya es Demasiado Tarde para Admitir que Sansa Tenía Razón

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Por: Pablo Contreras Sánchez

 

ADVERTENCIA: ESTA RESEÑA CONTIENE SPOILERS

 

Finalmente ocurrió: Daenerys de la Tormenta de la casa Targaryen, primera de su nombre, la que no arde, la rompedora de cadenas, perdió los estribos, trayendo fuego y sangre a las calles de Desembarco del Rey. ‘The Bells’ parece responder a las quejas de los fans por ‘The Long Night’ (Si bien ambos episodios fueron grabados uno tras otro en verano del año pasado), con batallas bien iluminadas, sorpresas y giros dramáticos que tienen sentido dentro del contexto de los personajes, así como la muerte de algunos de los jugadores clave de la serie. Todo a tan sólo una semana del gran final.

 

‘The Bells’ es el quinto episodio de ‘Game of Thrones’ en ser dirigido por Miguel Sapochnik, cuya maestría al momento de mezclar una narrativa fluida con escenas de acción y suspenso quedó más que demostrada en ‘Battle of the Bastards’, y más recientemente, ‘The Long Night’. Fiel a su estilo, Sapochnik decide prescindir de mostrar la magnitud completa de un evento tan épico como este, favoreciendo en su lugar la perspectiva de un personaje a la vez, obligándonos a vivir el dolor y desesperación de cada uno en carne propia. Mención aparte merece la fotografía, la cual no sólo nos permite apreciar toda acción de la batalla con claridad (Alabados sean los Siete por la iluminación diurna) sino que también nos regala algunas de las tomas más imponentes de toda la serie, así como los tan gustados por el director y sorprendentes planos secuencia, de los cuales conté por lo menos cuatro.

Pero recapitulemos: el episodio abre con una escena de Varys propagando la noticia de que Jon Snow/ Aegon Targaryen es el legítimo heredero al Trono, seguida por su descubrimiento y posterior ejecución por parte de Daenerys, quien está dispuesta a provocar miedo en la gente si no se puede ganar su amor, claramente un eufemismo para decir que tiene la intención de quemarlos vivos a todos. Tyrion, preocupado por la masacre que se avecina, decide liberar a Jaime, ahora prisionero de Dany, con tal de que éste salve a Cersei y de alguna manera asegure la rendición de su ejército, aún si hacerlo signifique fallarle a su reina una última vez, y con ello, morir.

 

Al día siguiente, Dany y Drogon arrasan con la Flota de Hierro y la Compañía Dorada desde los cielos, concediéndole a Jon, Davos, Gusano Gris y los Inmaculados acceso a Desembarco del Rey, donde miles de civiles tratan de huir del conflicto. Ya dentro, los soldados de Cersei se ven rápidamente diezmados por el ejército de Dany, lo cual los lleva a tirar sus espadas al suelo y tocar las campanas en señal de rendición. Sin embargo, en un giro que todos vimos venir, pero no queríamos que sucediera, Dany decide hacer caso omiso a las campanadas y honrar su apellido, reduciendo Desembarco del Rey, y su gente, a meras cenizas. Le siguen Gusano Gris, motivado por la ejecución de Missandei, los Inmaculados y los soldados de Winterfell, quienes empiezan asesinando soldados Lannister indefensos y después, civiles, con Jon Snow intentando ayudar y defender a los inocentes a como dé lugar. Mientras tanto, Jaime se encuentra con Euron y lo derrota en combate, pero no sin antes ser apuñalado dos veces por él.

 

Arya y El Perro se abren paso en medio del caos y se separan cuando éste decide ir a pelear contra La Montaña, dando lugar a un encuentro bastante esperado por los fans (Y bautizado por ellos como ‘CleganeBowl’), el cual resulta en un empate y termina cuando El Perro, desesperado y parcialmente cegado gracias a la misma maniobra que La Montaña utilizó con Oberyn Martell, decide arrojarse junto con el zombie de su hermano hacia un abismo de fuego. Jaime se reúne con Cersei en el mismo lugar donde la vio por última vez, y finalmente, muere con ella en las catacumbas de la Fortaleza Roja, cuando esta se derrumba y los sepulta, llevándoselos de este mundo de la misma manera en que llegaron: juntos. Finalmente, Arya, a quien vimos ser aplastada por una estampida humana, y posteriormente, ayudando a un grupo de personas que acaban siendo consumidas por fuego de dragón, escapa de la ciudad a caballo, poniendo fin a este festín de muerte y destrucción.

 

Los dos episodios previos a ‘The Bells’ me dejaron con un sabor de boca agridulce, el cual empeoró conforme más pensaba en ellos: problemas de lógica, soluciones anti-climáticas a conflictos centrales y personajes actuando de maneras que no concuerdan con su desarrollo y crecimiento, son algunos de los motivos por los que algunos fans ya catalogan esta temporada como una total decepción, mientras que la mayoría concuerda en que la calidad de los guiones ha ido en declive desde que los escritores se quedaron sin libros qué adaptar. Sin embargo, no quisiera estar en los zapatos de David Benioff y D.B. Weiss, creadores de la serie, quienes no sólo tienen la titánica labor de cerrar un ciclo televisivo de ocho años de manera satisfactoria, sino que también deben concluir una saga que lleva catorce años maravillando a fanáticos de la fantasía alrededor del mundo, los cuales anhelan algún tipo de final para la historia, en vista de que su autor, George R. R. Martin, se encuentra estancado escribiendo el penúltimo libro de la serie. ‘Game of Thrones’, tanto en formato televisivo como literario, se ha rehusado a seguir las reglas desde el principio, pero ahora que se acerca el final, ha llegado el momento de hacer sacrificios.

 

Uno de esos sacrificios es el de improvisar toda clase de giros de tuerca que mantengan la atención del espectador, aunque estos, al final, no acaben por convencer, o se sientan carentes de impacto debido a las razones ya mencionadas. En las primeras temporadas, giros dramáticos como la infame ‘Boda Roja’ eran fruto de las malas decisiones tomadas por los personajes, y no de la necesidad por parte de los guionistas en presentar algún suceso impactante que haga de la serie tendencia en redes sociales. No obstante, el giro de ciento ochenta grados que toma Daenerys en este episodio es tremendamente efectivo. Se trata del cierre perfecto a un trágico arco que, primero, la colocó como la favorita para ocupar el Trono de Hierro, pero ahora, la convirtió en una tirana que, después de perderlo todo, cedió ante su hambre de poder y acabó convirtiéndose en aquello que tanto juró destruir. Es algo que ya se venía gestando desde el inicio de la serie, y nosotros, como Tyrion y Jon, sentimos impotencia viendo a la joven Targaryen transformarse en la villana de su propia historia.

Pero desgraciadamente, el guion de este episodio no está completamente libre de problemas: desde conveniencias argumentales, como un caballo que aparece en medio de la nada con el único propósito de que Arya lo use para escapar y así, avanzar la trama (¿Será Daenerys Targaryen la dueña de los ‘ojos verdes’ en su profecía?), hasta la sensación de que todo está siendo apresurado y la serie simplemente va sobre ruedas a este punto; la muerte de Cersei, si bien poética, no termina de convencer, siendo ella la villana que amamos odiar durante tantos años, y la de Jaime es quizá el peor cierre para su desarrollo de personaje a lo largo de ocho temporadas.

 

En conclusión, ’The Bells’ es el episodio que ‘The Long Night’ debió ser: épico, devastador y absolutamente despiadado; un espectacular despliegue técnico respaldado por un guion irregular que le devuelve a ‘Game of Thrones’ un poco de su gloria perdida, pero quizá no la suficiente como para dejar satisfechos a los fans que esperaban que la serie arreglara su curso rumbo al final.

 

El episodio final de’Game of Thrones’ será transmitido el próximo domingo 19 de mayo a las 8:00 PM por HBO.

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