A 100 años de la Primera Guerra Mundial
La otra versión:
René Sánchez García.
El día 28 de julio del año de 1914 se terminaba en Europa la supuesta “era dorada” de la seguridad internacional. Ese día, el emperador Francisco José declaró la guerra a Serbia bajo la acusación de haber solapado el atentado en el que murió el heredero a su trono, su sobrino Francisco Fernando. A partir de ese momento se encendió la mecha de un conflicto que instaló barricadas en la mayor parte de ese continente. A ese conflicto se le conoce como La Primera Guerra Mundial, por su alcance y repercusiones de tipo global y total. Para muchos estudiosos de este conflicto bélico, la muerte de Francisco Fernando es sólo una excusa tonta, se trataba de una profunda crisis del modelo capitalista económico, así como del inicio de las contradicciones del imperialismo y del socialismo que no se acomodaban en ese momento de inicio de siglo, a las demandas ciudadanas y políticas liberales. En Europa, más que progreso, lo que existía eran resentimientos, frustraciones e instintos de una generación de hombres y mujeres disgustadas por muchas cosas y quizá con todas las cosas y que luchaban por conservar el pasado o por fundar un mejor futuro y en donde la guerra fue una salida gloriosa.
Alemania, Francia, Inglaterra, Austria-Hungría y Rusia fueron los principales protagonistas de este movimiento armado durante el verano europeo del año de 1914 y que se prolongó hasta noviembre de 1918, alterando por completo las democracias de los países participantes y de los observadores en Europa y en el resto del mundo. Bernardo Ibarrola menciona: “La Primera Guerra Mundial consistió en una triple operación de naturalización, santificación y trivialización que permitió justificar la hecatombe recién concluida y, simultáneamente, hizo muy violentas las prácticas políticas, “brutalizó” a las sociedades en su conjunto y llevó al extremo la relativización del respeto a la vida humana como un valor fundamental”. De hecho, la Primera Guerra Mundial nunca terminó, la paz siempre se encontró prendida por un hilo totalmente delgado. Prueba de ello es que durante muchos años se vivió bajo la sombra del miedo en todo el mundo, hasta que llegó la Segunda Guerra Mundial en Europa que terminó en el año de 1945. Presento aquí algunos datos numéricos que nos muestra la magnitud de esta masacre de intereses particulares por controlar el mundo desde Europa:
a). Durante las primeras seis semanas del conflicto, entre agosto y septiembre de 1914, el ejército francés sufrió, en promedio, casi 10 mil bajas diarias. Alrededor de 400 mil muertos y heridos en seis semanas.
b). Entre la primavera de 1914 y el verano del año siguiente, las fuerzas del gobierno turco desplazaron y exterminaron a la población armenia. 600 mil muertos, según cálculos conservadores.
c). El primer día de batalla del Somme, el 1º. De julio de 1916, 21 mil soldados ingleses fueron hechos prisioneros.
d). En el mes de abril de 1918 el ejército alemán sufrió 257 mil 156 bajas.
e). Durante la guerra los imperios movilizaron 22 millones 800 mil soldados; tres millones 410 mil de éstos murieron. Los aliados movilizaron a39 millones 200 mil soldados, cuatro millones 585 mil murieron.
f). Durante los cuatro años que duró la guerra hubo más de siete millones de prisioneros de guerra.
g). En diciembre de 1918 se contabilizaron 600 mil viudas y casi un millón de huérfanos de guerra. Y,
h). Mil 597 días trascurrieron entre el asesinato del archiduque Francisco Fernando en Sarajevo y la firma del armisticio en un vagón de ferrocarril en Compiegne.
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