ADIÓS NICHO

Lo conocí cuando éramos niños jugábamos en la calle de Miguel Rebolledo, en el patio de la profesora Felicidad Peredo Tapia, junto con los hermanos Jorge, Mario y Abelardo Peredo. Éramos alumnos de la escuela “Cantonal”, era el más grande de todos y desde aquel entonces destacaba como un joven pensante al que le gustaban los libros, una persona ordenada, sencilla de trato y como los genios a veces distraído. Su amplio vocabulario se hizo presente para desarrollar su capacidad de oratoria.

“Nicho”, hijo de la coatepecana Margarita Jácome y Dionisio Pérez, de nacionalidad española, quien se dedicó a la venta de abarrotes, fue distribuidor de llantas y a la agricultura dedico mucho de su tiempo cultivando sus fincas.

Era asiduo cliente de la tienda de dulces “Élite”, de mi tía Teodora Polanco Jácome, también era su tía, que estaba ubicada al frente de la casa que acaban de vender los Rodríguez Todd, ubicada en Jiménez del Campillo. Ahí Nicho disfrutaba las galletas Macma, los helados Holanda y chocolates de importación.

Estudiamos en la prepa Juárez, siendo el director Víctor Piña, era compañero de Jorge Peredo y Carlos Cervantes Bock, eran tiempos donde no había bachillerato en Coatepec y teníamos que viajar diario a la capital.

Posteriormente, estudió dos carreras: Derecho y Contador Público. Alumno de excelencia con decirles que le decían: “Nicho, cadena de dieces”. 

En 1967, un grupo de estudiantes de la Universidad Veracruzana de Economía y Derecho Fiscal elaboraron un diagnóstico de los problemas Fiscales de Veracruz y sus posibles soluciones.

Fue muy bien aceptado, hasta se publicó en una revista especializada. El impacto del trabajo lo llevó a la Primera Conferencia Nacional sobre Legislación y Administración Fiscal, su exposición le valió un amplio reconocimiento académico y profesional, el texto  que fue calificado como novedosos e interesante. Incluso fue referente para el estudio en todos los del país.

Le ofrecieron becas para estudiar en el extranjero, pero su padre le dijo que tenía que quedarse ya que era el único varón y debía asumir su responsabilidad.

Conoció a figuras como Roberto Amorós Guiot, Benito Coquet, Miguel Alemán y Marco Antonio MuñozTurnbull, quienes con su ejemplo lo inspiraron a seguir sus pasos como funcionario público.