Al rescate de la buena escritura
Linda Rubí Martínez Díaz
Hola amigos lectores, les saludo con el cariño de siempre. Las nuevas tecnologías de la información han detonado una evolución en la forma que nos comportamos, de tal manera que algunos ejemplos no han significado un avance relevante para mejorar las relaciones humanas. Los gadgets electrónicos para comunicarnos han dejado de ser en muchos casos un simple medio o una herramienta como extensión de las personas, y se han convertido en elementos indispensables que las terminan afectando, al grado de influir en su estilo de vida. Esto es un síntoma de nuestra época moderna, que se da en todas las generaciones y estratos socioeconómicos, pero que debemos aprender a controlar, de tal manera que no olvidemos lo que verdaderamente nos hace ser humanos.
Ya hemos mencionado algunos síntomas que no han significado un avance en la mejora social o individual. En esta ocasión, creo que es importante reflexionar en torno al cambio lingüístico que se da en los chats de conversación, donde se está perdiendo la costumbre de escribir con reglas gramaticales, de puntuación, de estilo y ortográficas. La flojera de escribir completas las palabras basándose en la ambigüedad del sonido para reemplazar letras por otras, o quitar y colocar acentos de forma indiscriminada, dista mucho de la evolución natural de la lengua, cuyo progreso va en orden de dejar de usar ciertas formas de hablar obsoletas o en incrementar el conocimiento, y por tanto, las palabras y conceptos. Esta involución también termina afectando el estilo del habla y la estructura del pensamiento, lo cual representa un retroceso para nuestra especie.
Un segundo inconveniente es la pérdida de la costumbre de la conversación directa, en el que se privilegia el tratar asuntos importantes por texto en lugar de frente a frente. También es triste ver que en las citas de café, las parejas están más pendientes de su celular que de la experiencia del encuentro, generando un aislamiento social gobernado por un mundo virtual.
Finalmente, el constante uso del teclado como reemplazo de la escritura a mano ha significado una desventaja de las nuevas generaciones frente a las anteriores, pues gracias a esta práctica, obtenemos no solo la habilidad de dibujar con palabras, sino facilitar la ortografía, la memoria así como hacer fluir las ideas y plasmarlas con efectividad. Por ello, yo les invito amigos lectores, a incentivar el cultivo propio y el de nuestros hijos a la correcta escritura y al ensayo de herramientas aparentemente rudimentarias pero efectivas en el aprendizaje. No quiere decir que dejemos el uso de celulares o computadoras, sino que los veamos en su justa dimensión: como herramientas de apoyo y nada más.
Nos leemos la próxima, que Dios los bendiga.