ARS SCRIBENDI
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CAMPAÑAS POLÍTICAS
Rafael Rojas Colorado
Las campañas políticas están por finalizar, han sido agobiantes
y agotadoras, sin embargo, las calles siguen teñidas de colores, parece la
fiesta del pueblo, banderas rojas, cafés, azules, amarillas, verdes, naranjas y
de otros matices ondulan en el aire acompañadas de voces y cantos. Todos los
medios de comunicación saturados con el mismo tema. En la vía pública y en los
frentes de las casas, se aprecia la fotografía del candidato por el que cada
ciudadano siente predilección. Por toda la geografía del pueblo el viento
esparce los saludos, promesas y compromisos que hacen algunos de los que luchan
por conseguir un cargo popular, no toman en cuenta que la política es difícil
de predecir.
Tal vez nos
preguntemos el por qué tanto partido político prestos a la contienda electoral,
algunos tan solo buscando acumular los votos necesarios, al menos para mantener
su registro vigente. Se puede pensar que sería más representativa la votación
popular, si solo participaran dos partidos. Pero en estos tiempos en los que,
muchos aspiran a figurar en un puesto público, se ha perdido el sentimiento de
pertenencia al partido e ignorado su doctrina, en algunos casos, como el Pan,
filosófica.
El
proselitismo que se practica se puede mencionar que es obsoleto, pero es el
mismo que les ha funcionado hasta la fecha, sin embargo, algunos candidatos prometen
lo que no saben si cumplirán, porque las acciones y políticas se enfrentan en
las circunstancias cotidianas, cuando ya se está ejerciendo el puesto para el
que fue electo y no antes.
En estos momentos de campaña se filtra ese eterno rayo de
esperanza en el corazón del pueblo y en él se regocija fervorosamente;
visualizan en su mente a un líder que pone al servicio de la ciudadanía, el
conocimiento, la experiencia, talento, responsabilidad, honestidad, estrategia,
respeto, compromiso y valores espirituales; es decir que está cumpliendo dignamente
con su trabajo tal y como lo indican los lineamientos que lo rigen, ya que por
eso recibe sus honorarios puntualmente. En la práctica este sueño se queda en
utopía, cuando ya se está en funciones por cada paso que dan quieren aplausos y
diplomas. Solo cuando todos los recursos que estén a su alcance se agoten y aun
así el servidor público de un valor agregado a sus responsabilidades, buscando a
toda costa aligerar el clamor del pueblo, se le podrá reconocer verdaderamente
su esfuerzo y valorar su trabajo, de lo contrario todas sus actividades son
ordinarias y no requieren de nada en especial. Algo muy importante es
concientizar la realidad y como ciudadanos dar ese valor agregado a todas las
actividades que practicamos para enriquecer de valores morales el tejido social,
de lo contrario, ¿de dónde saldrán buenos y nobles servidores públicos? Amable
lector, usted tiene la libertad de elegir a su gobernante.
Suerte a los candidatos en este seis de junio.
rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx