Cinergia

Chernobyl

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Por: Pablo Contreras Sánchez

 

‘¿Cuál es el precio de las mentiras? No es que las confundiremos con la verdad; el verdadero peligro es, que si escuchamos suficientes mentiras, ya no reconoceremos la verdad en absoluto’.

 

Con esa potente declaración abre ‘Chernobyl’, la nueva miniserie original de HBO, que con tan sólo tres episodios emitidos, ya se había convertido en la serie de televisión mejor calificada en el sitio IMDb, el cual reúne los puntajes de millones de usuarios alrededor del mundo. De hecho, dichos elogios constituyen una aceptación universal de la cual no habíamos sido testigos desde el episodio final de ‘Breaking Bad’, y que, ciertamente, quitó el mal sabor de boca que la octava temporada de ‘Game of Thrones’ dejó en varios de nosotros. Con la serie completa ya disponible en HBO Go, decidí darle una oportunidad, y averiguar si realmente es digna de todo el hype recibido, o si la cultura popular simplemente estaba en búsqueda de su próxima obsesión.

 

Esta miniserie es la dramatización de una de las peores catástrofes provocadas por el hombre: la explosión registrada en la planta nuclear de Chernóbil en la Unión Soviética durante la madrugada del 26 de abril de 1986, revelando cómo y por qué sucedió, centrándose en las historias de los hombres y las mujeres que hicieron sacrificios personales en aras del bien común, así como la búsqueda de la verdad y el encubrimiento que le siguió por parte del Estado.

 

 

Si bien la serie se centra en las perspectivas de varios personajes, tres son los que destacan: el primero es Valery Legasov (Interpretado por Jared Harris), director del Instituto Kurchatov y lo más cercano que tenemos a un protagonista; Boris Shcherbina (Stellan Skarsgård), vicepresidente del Consejo de Ministros, cuya dinámica con Legasov, quien pasa de ser su socio a regañadientes, a su camarada, es realmente cautivante, y finalmente, Ulana Khomyuk (La siempre brillante Emily Watson), una físico nuclear tan sabia y entrañable, que me hizo llevar una gran sorpresa cuando me enteré que se trata de un personaje ficticio, basado en las y los científicos que trabajaron arduamente y arriesgaron sus vidas para ayudar a resolver la situación en la vida real. También es digna de mención Jessie Buckley como Lyudmilla Ignatenko, la esposa de uno de los bomberos afectados por la radiación, y cuya angustiosa historia es el corazón de la serie, así como el despreciable Anatoly Dyatlov, interpretado magistralmente por Paul Ritter. ‘Chernobyl’ es un ensamble coral, donde el trabajo de todos los miembros del elenco es extraordinario, con actuaciones que resultan tan desgarradoras como inspiradoras.

 

‘Chernobyl’ está compuesta de cinco guiones impecables, ricos en comentario político, suspenso, desarrollo de personajes, explicaciones científicas claras y concisas, diálogos perspicaces y efectivos giros de tuerca, los cuales fueron escritos todos por Craig Mazin, creador de la serie. Craig retrata lo ocurrido en Chernóbil de manera cruda, lúgubre y brutal, inspirando no sólo miedo y tristeza, sino también una impotencia paralizante, al mostrar cómo el número de pérdidas humanas pudo ser reducido, y la catástrofe misma evitada, de no ser por la incompetencia de las autoridades, antes, durante y después del siniestro, quienes en un intento de encubrir la verdad y procurar la imagen de la Unión Soviética, descuidaron el bienestar y la supervivencia de su propia gente. Asimismo, se trata de una serie basada en hechos reales donde los horrores en pantalla, por momentos imposibles de ver, superan por mucho a cualquier ficción.

 

Pero el talento detrás de cámaras no se detiene ahí; los valores de producción al momento de recrear el tiempo y el lugar son altísimos, convincentes; la edición es frenética e intensa cuando las situaciones lo demandan, contemplativa y silenciosa cuando las emociones de los personajes lo requieren; el trabajo de maquillaje y efectos visuales es realmente excepcional; la serie está llena de impactantes secuencias y montajes donde el guion y la dirección se juntan para regalarnos poesía visual pura, y la banda sonora, además de atmosférica y tensa, con sus arreglos orquestales y uso de canciones populares rusas, hace uso creativo de efectos de sonido como el emitido por los dosímetros para ilustrar la magnitud del peligro en el que se encuentran los personajes, lo cual me pareció brillante.

 

Quizá mi único problema con ‘Chernobyl’ es el hecho de que el equipo creativo no se comprometió al máximo nivel de realismo posible conformando su elenco con actores rusos, o por lo menos, adoptando su idioma por encima del inglés. Eso, aunque quisquilloso, supone una ligera distracción cuando consideramos el nivel de atención al detalle presente en cada uno de los aspectos de la serie. Sin embargo, lo anterior no quiere decir que no valore el excelente trabajo de los actores y actrices en la serie, al contrario, basta con desplazarse tres párrafos hacia arriba para ver que ese no es el caso; es sólo que no puedo evitar pensar que la autenticidad del

 

proyecto se habría visto beneficiada, de haber dado oportunidad a más actores rusos de interpretar personajes con su misma nacionalidad.

 

VEREDICTO:

 

’Chernobyl’ es una brillante miniserie, con un nivel de calidad que rebasa, no únicamente a otras de su tipo, sino también a muchas películas, y que nos invita a revivir uno de los episodios más trágicos y oscuros de la humanidad, con el objetivo de recordarnos que nuestra deuda con la verdad, creada con cada mentira que decimos, tendrá que ser pagada tarde o temprano.

 

CALIFICACIÓN: 5/5 estrellas.

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