La Otra Versión

Columba Domínguez, gloria del cine nacional

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                                                                           Por: René Sánchez García.

                                                    Cotí Lomelí sigue y seguirá presente, sólo

                                                              que desde un mejor lugar, el más privilegiado

                                                              y hermoso de todos.

 

El pasado 13 de agosto falleció, a la edad de 85 años, una de las glorias del cine mexicano en su época de oro, me refiero a la actriz Columba Domínguez Adalid. Ella había nacido en la ciudad de Guaymas, Sonora en el año de 1929. Esta bella mujer de rostro netamente mexicano fue descubierta por el director cinematográfico Emilio “El indio” Fernández, a mediados de los años cuarenta. De inmediato le otorgó sus primeros papeles (una vez concluidos sus estudios de actuación) secundarios en La Perla (1945), Río Escondido (1947), así como sus primeros estelares en Cómo México no hay dos y en Pepita Jiménez, donde prácticamente se dio a conocer la actriz.

Pero las actuaciones que la llevaron a la fama internacional, fueron las cintas Maclovia (1948) a lado de María Félix, Pueblerina (1948) junto al actor Roberto Cañedo y La mal querida, a lado de dos estrellas: Dolores del Río y Pedro Armendáriz. Molesta por estar encajonada en papeles de mujer indígena y mujer sumisa, se separa del “Indio” y trabaja a lado de Luis Buñuel en El río y la muerte (1955); con Fernando Méndez en Ladrón de cadáveres; así como con Ismael Rodríguez en Animas Trujano (1962) a lado del actor japonés Toshiro Mifune. Igualmente participó en la película El tejedor de milagros, films que llegó al IX Festival Internacional de Cine en Berlín. Fue en el año de 1956 cuando realizó su primer y único desnudo fílmico en La virtud desnuda, que causó controversias y polémicas.

Fue precisamente en 1956 cuando se retira de la actuación cinematográfica. Fue hasta 1967 que participa en la televisión en varias series, siempre como actriz protagonista: La tormenta (1967), El carruaje (1972), Aprendiendo a amar (1979). Nuevamente en 1985 vuelve al cine para filmar Jacaranda, misma que por problemas económicos de la empresa no sale a la pantalla grande, quedando archivada en las latas de metal. Esta película fue escrita y producida por ella misma y está dedicada a la memoria de su hija Jacaranda, quien extrañamente se lanzó para morir desde un segundo piso de su hogar. Dos años más tarde se retira definitivamente para dedicarse a la danza y al piano, donde cosecha innumerables éxitos y premios nacionales e internacionales. Finalmente participa  en 2010 en La cebra de Fernando J. león, así como en Borrar la memoria de Alfredo Gurrola, y en 2012 en El último trago, de Jack Zagha.

Para terminar, Columba Domínguez participa en Ramona, una comedia donde se trata el rechazo a las personas de la tercera edad en México y cuyo tema específico es la muerte. Ella comenta a Columba Vértiz de la Fuente: “Deseaba rodar este relato para que la gente pasara un buen rato. Ya estaba saturada de cintas sobre la mala situación del país. Quería ver en la pantalla algo lindo, para pasarla bien. Apetecía una historia  que pudiera ver el abuelo, la mamá y el niño. Por eso me fui al lado más dulce y más lleno de ilusión, esperanza, amor y magia”.

sagare32@outlook.com

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