La Otra VersiónPLUMAS DE COATEPEC

Confesiones culinarias

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Confesiones culinarias

Por René Sánchez García

Es por todos conocido el hecho que Don José E. Iturriaga Sauco, uno de los historiadores más reconocidos de nuestro país, escogió a principios de los años noventa del siglo pasado, vivir sus últimos años de vida en nuestra ciudad de Coatepec. Así lo hizo con demasiado amor y a lado de su esposa desde el año de 1994 hasta el 2011 en que falleció. Siempre sintió cariño por esta tierra veracruzana y como gesto de agradecimiento donó su enorme y valiosa biblioteca a los coatepecanos, acervo que contiene algo así como 16 mil libros y revistas, así como infinidad de fotografías de su quehacer como diplomático, profesor, servidor público y amigo. 

Este personaje tiene un hijo de nombre José N. Iturriaga, quien de alguna manera se ha dedicado a dar continuidad a la labor desarrollada por su señor padre. Pues bien, entre mis libros acumulados sin leer me encontré uno que éste descendiente escribió y que le fue publicado aquí en México en el año de 2011 por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y que lleva por nombre Confieso que he comido. De fondas, zaguanes, mercados y banquetas, que no es otra cosa que una recopilación de sus viajes que ha realizado por todo nuestro país y el extranjero, resaltando su pasión por las comidas, no tanto por las elaboradas y servidas en los restaurantes de lujo, sino la comida popular que encontramos en las calles. 

Dentro de sus múltiples viajes realizados y guisos degustados, escribe sobre el sabor sinigual de la comida veracruzana y en alguna de sus escritos habla o cita a Coatepec y a varios lugares cercanos a esta tierra que conoció desde muy pequeño, a lado de su señor padre o bien de manera personal. Así, por ejemplo, a partir de la página 192 escribe su artículo: “Solo Veracruz es bello…y sabroso”, donde resalta todo lo culinario desde la ciudad de Perote hasta la región de los Tuxtlas, pasando indudablemente por Xalapa, Veracruz, Coatzacoalcos, Catemaco y otros lugares más. Otro bello ejemplo lo encontramos a partir de la página 33 donde habla de Trapiche del Rosario, donde se preparan ricos caldos de bobo, langostinos y camarones, sin olvidar los ricos jamoncillos que allí se preparan. Cita aquí varias veces a nuestro Coatepec. 

Por último, quiero mencionar que en las páginas 29 de dicho libro, se dice: “Desde hace 12 años mi padre vive en Coatepec, muy cerca de Jalapa; visitarlo y compartir desayunos es toda una experiencia. Empieza –a sus 90 años- con un jugo de zanahoria y otro de jitomate 

fresco, además de un plato de papaya roja y unos gajos de toronja sin piel. Sigue con algún tipo de antojitos, como picadas verdes y rojas, acompañadas de huevos revueltos con jamón y frijolitos refritos. Cuando uno cree que el final ya se acerca, llega, para completar, un platón con pequeños medallones de caña de filete de res, cocinados ligeramente en aceite de oliva; le traen a la mesa leche hervida con el famoso pan de dulce de Xico. Y empieza la gula de comer biscochos con nata, cemitas de anís y hojaldras y obviamente el café de Coatepec”.  

Lo invito a deleitarse con éste magnífico libro, no de recetas, sino de alimentos populares que son una delicia al paladar.