Especial

Deducciones

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Juan A. Morales.

 

El aguacero en la ventana no permite escuchar la televisión y Cándido se divierte imitando al narrador de la lucha libre, pero un rayo deja sin energía eléctrica al barrio, la pantalla cesa y en chico va en busca del refrigerador, cuando llega a la cocina ve a su madre discutir con la abuela <<¿Ser amante? ¡Ni loca!>>, lo ven y lo corren <<¡Fuera! ¡Éstas son cosas de mayores!>>. El chico se aleja pensando que su mamá es amante de alguien “¡Esto lo debe saber papá!” piensa.

Encerrado en su habitación cavila qué hacer, como no se le ocurre nada llama a su amigo Domínguez para contarle de la sospecha y éste le aconseja montar un “operativo” para espiar a su madre, claro que Cándido piensa que eso es excesivo, pero aprovecha que la madre dejó la computadora encendida para leer un correo electrónico “Oi onde siempre. T K M tu Querubín”, los celos molestan al chico que decide vigilarla con discreción para que cuando tenga la seguridad de la traición se lo diga a Serafín Añil, su padre, quien por su trabajo casi no está en casa.

La tarde transcurre tranquila hasta que su madre toma una petaca, mete un traje de hombre y se encierra en su habitación. El muchacho quiere entrar pero la mujer lo manda a bañarse <<O no vas a la Lucha Libre y tu villano favorito compite contra el Ángel Azul>>. Se baña con rapidez y regresa a observar a la madre que sale con la petaca, la mete en la cajuela del coche y regresa para bañarse. Un segundo después suena el teléfono que contesta la abuela <<Oiga, deje de molestar, ella no quiere nada>>, cuelga y se va rezongando a su cocina.

Escucha a su abuela lavar los trastos, la regadera en el baño y al revisar el celular de su mamá ve un mensaje: “Xfa dja el auto, yo tgo llave”, cesa el chorro de la ducha y al dejar el celular en su lugar zumba persistente para notificar que llegó otro mensaje. La madre sale medio vestida para leerlo, pero a la abuela también le interesa y ya está con ella <<Por Dios, no pensarás ir>> y resuelta confirma la nuera —¡No me lo perdería por nada!

Previsor se aleja antes de que lo corran, en eso llega la energía eléctrica y en la televisión pasan un resumen noticioso: “Un iracundo comerciante mató al amante de su esposa, porque además de cornearlo se burló de él”, el chico piensa largo rato y llama a su amigo <<¿Qué significa cornearlo?>>. Domínguez investiga y le llama más tarde <<Que le enterraron un cuerno en la panza, como en las corridas de toros>>. La revelación le afecta “Pobre papá, lo corneará el Querubín”.

Suena el teléfono y la abuela habla zalamera con su hijo Serafín <<¡Ya te dije, confiesa la abuela, es amante del menjurje!>> y el chico le arrebata el teléfono para preguntarle a su padre qué significa ser amante y el hombre contesta con sequedad <<Es amar algo, como tú que eres amante de la Lucha Libre>>. Llega la nuera y ordena al chamaco que se retire, pero éste escucha a distancia <<Llevaré al niño>>, y piensa que su madre le quiere ver la cara de tonto “¿Quién será ese maldito Querubín Menjurje?”.

La madre va al coche a revisar la petaca <<¿Qué hay ahí?>> inquiere pero la madre se molesta —¡Tones! Y enfila el automóvil hacia la Arena. Los vendedores despachan cerveza en vasos desechables y otros pregonan <<Muéganos, cacahuates, chocolates, refrescos>>. Ocupan sus lugares cerca del cuadrilátero e inicia la lucha estelar <<En esta esquina el actual Campeón Nacional que expone su cinturón ante un retador de primerísima categoría: El Caníbal>>

El rudo no espera la señal del réferi y comete faul contra Ángel Azul quien se encorva y adolorido va contra el Caníbal, pero éste lo toma por la cintura, le hace el rehilete y lo azota contra la lona donde rebota mientras recibe una dosis de llaves y candados. El Caníbal busca la protección de las cuerdas para tomar un respiro, pero el Ángel Azul no le da tregua y con un helicóptero lo lanza al centro del cuadrilátero. Tambaleante se incorpora el Caníbal y el Ángel sube a la tercera cuerda para lanzarse sobre el devastado rudo que recibe una cruceta con giro y lo coloca de espalda a la lona y el réferi cuenta con mucha lentitud los tres golpes que declaran al Caníbal perdedor de la primera caída.

El segundo episodio resulta espeluznante por las acrobacias del Ángel Azul quien hace un lance desde la tercera cuerda para asestar un tope supersónico, pero el rudo se quita y el técnico estampa su humanidad contra el ring. Adolorido se incorpora pero el Caníbal lo toma por un brazo y lo castiga con cruceta, giro y lance de catapulta. El Ángel azul soporta, pero el rudo baja por una silla y muele a golpes la espalda del técnico que ya casi no se mueve, lo que aprovecha el rudo para saltar a la segunda, y de ahí a la tercera cuerda y se lanza contra su rival que permanece inmóvil de espalda contra la lona y recibe el castigo hasta que pierde el conocimiento. El réferi y el público cuentan: una, dos y tres. El chaval ve a su ídolo, el rudo, recibir improperios del público.

La madre del chico está conmocionada, envía un wasap y mientras paga una botella de agua, el muchacho echa un vistazo al texto “Qdó tablas, ad+ el bb ya sospecha y Kqrs, C lo diré”. Después de diez minutos la tercera caída no inicia y el Comisionado de Lucha Libre declara empate. La asistencia médica sube al encordado y bajan al Ángel Azul en camilla. El público grita molesto a favor y en contra. Pasan dos minutos más y el locutor anuncia que Ángel Azul conserva el campeonato, pero se retira para siempre de la Lucha Libre, por las múltiples fracturas que le resultaron. La madre toma a Cándido, corre al estacionamiento y ve que la maleta ya no está en la cajuela, entonces se van a su casa. El chico va muy molesto porque al Caníbal le robaron la lucha.

Llegan a casa y la madre grita a la suegra <<Las cosas se salieron de control>> y la abuela, tan tranquila como una santa, contesta —No, hija, es parte del Show. Yo inventé esa treta para dejar el pancracio>>. En eso tocan la puerta y la madre regaña al chamaco, que no entiende qué pasa <<¿Qué esperas? Abre>>. Lo primero que el chico ve es la petaca y después a los dos enmascarados vestido con traje y corbata. Cuando el Caníbal agradece el apoyo al chamaco, éste grita <<¡Tío!>>. Las mujeres ya están en la puerta y la abuela ordena al muchacho <<Quítale la máscara al Ángel, ya no la necesita>>, el atleta agacha la testa y el muchacho expresa —¡Papá! ¿Cómo pude odiarte tanto?

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