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Día del Maestro

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Es para mí un gran honor dirigir este mensaje en una fecha tan especial para los mexicanos: el Día del Maestro.

Hace un siglo, hace cien años, se celebró por primera vez, y entonces estaba todo por hacer: reconstruir desde la educación y la escuela pública la unidad y la identidad nacional, generar las bases para el desarrollo del país, poner la educación al servicio de los mexicanos.

A cien años de distancia, los maestros jugarán, como siempre, un papel fundamental, y un papel aún más relevante cuando yo sea presidente. Serán el actor principal de un nuevo desarrollo, un nuevo desarrollo que nos va a llevar a ser potencia, una potencia con justicia, con equidad, con bienestar y con oportunidades para todos los mexicanos.

Ser maestro es una vocación, es una vocación que nace del corazón y que tiene en sus manos el futuro de nuestros hijos.

En lo personal, es una profesión a la que le tengo un gran cariño. Mi madre fue maestra, es maestra de educación especial y tuve la fortuna de ver cómo se preparaba todos los días para dar lo mejor de sí a sus alumnos.

Los maestros son héroes del día a día y debemos darles el lugar que merecen por su entrega y esfuerzo en la alta labor que desempeñan.

De manera muy especial, para reconocer la responsabilidad y el compromiso de quienes han asumido los cambios y los desafíos que ha implicado, tanto la reforma como el nuevo modelo. El día de hoy quiero venir a comprometerme con los maestros de México y quiero comprometerme a lo siguiente:

Primero, aumentar de manera significativa su salario base. El reconocimiento parte de que nuestros maestros mejoren de manera inmediata su calidad de vida y la de sus familias.

Segundo, fortaleceré y actualizaré las escuelas Normales para que sean el semillero de los mejores maestros de México, en donde se aprenda el inglés y se aprovechen las nuevas tecnologías; voy a invertir más en infraestructura y equipamiento de las Normales, incluyendo las bilingües y las interculturales.

Tercero, vamos a crear el Instituto Pro-docente para que todos los maestros tengan, de manera gratuita, la formación continua, la capacitación y el acompañamiento que necesitan.

Junto con los maestros, vamos a defender y a reivindicar también la escuela y la educación pública, en el marco del Artículo 3º de nuestra Constitución.

 

Voy a ser el primer defensor de sus derechos y el principal promotor de su desarrollo profesional, no vamos a permitir nunca que nada ni nadie los denigre ni los descalifique. Lo vamos a hacer reivindicando sus libertades su dignidad, su capacidad y responsabilidad en la formación de los mexicanos.

Vamos a reconocerlos con mejores condiciones de vida, con ingresos dignos y justos, a la medida de la elevada responsabilidad que tienen.

Vamos a honrar a los maestros impulsando su propio desarrollo profesional, reconociendo de manera abierta y categórica su valor, el valor de su tarea, de su vocación y de la misión que cumplen.

Este día, que es tan importante para todos los mexicanos, es momento de pensar sobre la decisión que vamos a tomar el próximo primero de julio.

Lo que está en juego es el modelo de país que queremos y en la boleta vamos a encontrar dos visiones opuestas, dos visiones encontradas: por un lado, la visión de Andrés Manuel, que no resuelve ni los problemas del país, ni de la educación, ni del magisterio, no se ve en sus propuestas interés por la calidad de la educación, ni tampoco compromiso con el futuro de los niños de México.

No se ve una comprensión de los retos de nuestra época, se ve, en cambio, una visión anticuada del mundo y de la educación que quiere regresar al pasado.

No se ve un compromiso ni con la libertad de los maestros ni con la capacidad de forjar su propio destino. No respeta a los maestros y su interés en los docentes no va más allá del primero de julio.

Por otro lado, está la visión de nuestra coalición: construir un sistema educativo de excelencia en el que todos los niños, niñas y jóvenes, sin distingo alguno, aprendan a aprender para que puedan triunfar en la vida y ser felices, que nuestros hijos estudien en escuelas dignas, bien equipadas y con acceso a internet, con horario ampliado y con alimentación sana, y que aprendan inglés desde pequeños.

Yo veo en los maestros al mejor equipo para alcanzar esta educación de excelencia y para construir un gran país. Yo veo a los maestros como verdaderos profesionales de la educación, los respeto profundamente y reconozco su capacidad y su vocación.

Y por eso quiero trabajar de la mano con ustedes, para que, por el bien de niñas y niños de México, avancemos juntos.

Los maestros son el orgullo de México.

Muchas felicidades en su día.

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