Crónica Coatepecana

Dr. Jesús J. Bonilla Palmeros Cronista de la ciudad de Coatepec Medicina Tradicional Coatepecana: Toloache, Yerba Hedionda o Erizillo

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Antaño era común escuchar que a un individuo le habían dado toloache,  en referencia a la actitud de apego y cariño exagerado de una persona hacia otra, y cuando se les cuestionaba sobre las características del llamado toloache, se daban opiniones encontradas: algunas gentes en sentido burlón referían sobre una secreción femenina, que al ser agregada a los alimentos del varón, acentuaba el sentimiento de deseo hacia la persona amada. Información que por lo común generaba las risas de quienes escuchaban singular explicación.

En una entrevista realizada en el año de 1986 a doña Adelina Texon Guerrero, partera empírica ampliamente reconocida en la región, se registraron algunos datos sobre los usos de interesante hierba. Reconocía con sorpresa que la planta haya sido utilizada en el pasado para preparar una infusión, la cual era administrada periódicamente en los alimentos, mediante dosis muy pequeñas de dos o tres gotas, y lograr que una persona agresiva en extremo se volviera muy tranquila. Práctica que doña Adelina reprobaba por los daños irreversibles que causaba a nivel cerebral.

Actualmente ya no se usa el toloache (Datura stramoniun L.) por la serie de ideas que giran en torno a sus funciones, y que sólo por el hecho de mencionarla se puede ser objeto de burlas y expresiones de reprobación en cuanto a su uso. Pero realmente su aprovechamiento en el pasado, permitió atender algunos problemas de salud como: los dolores de muela, las molestias de las paperas y las hemorroides.

En lo referente al tratamiento de las hemorroides, doña Adelina mencionaba que era una “curación salvaje”, quizá en el sentido de la fortaleza requerida para soportar el tratamiento, mismo que consistía en poner a hervir el toloache, se sacaba la hierba bien caliente y con la ayuda de un trapo para no quemarse, se le solicitaba al paciente hiciera fuerza para que brotaran las hemorroides, procediendo a cauterizarlas. Tenemos que reconocer que el tratamiento implica mucho valor por parte del paciente, al soportar el dolor, pero resultaba muy efectivo el tratamiento y ya no se volvían a padecer las molestias.

También se utilizaba la cocción de la planta para hacer buches con el agua caliente, en el tratamiento de los dolores de muela y en aquellos casos que dolían todos los dientes (corrimiento), solamente se debía de tener cuidado en no tragarse el agua. Aparte también se aprovechaba el toloache en el tratamiento de las paperas, en ese caso se asaban las hojas con un poco de aceite de almendras, y así calientitas se aplicaban a manera de cataplasma en la parte adolorida.

Estimado lector podrá darse cuenta del uso práctico del toloache, a través de estas breves referencias, solamente hay que tener cuidado en no ingerir la infusión de la misma, a fin de evitar problemas neurológicos, y no ser objeto de burla al ser etiquetado con la expresión “entoloachado”.

 

 

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