Daniel BadilloPLUMAS DE COATEPEC

¡Duarte, cínico contumaz!

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¡Duarte, cínico contumaz!

Por Daniel Badillo  

 

Vaya caradura resultó el nefasto ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, al ofrecerse a declarar lo que sabe sobre la empresa Odebrecht y los presuntos negocios realizados en el gobierno de Enrique Peña Nieto, aprovechando el caso de Emilio Lozoya y secuaces. 

 

Vergüenza debería darle a Duarte venir ahora con el cuento de que está dispuesto a cooperar con la Fiscalía General de la República para esclarecer las raterías de Odebrecht en México y en Veracruz cuando él fue, precisamente, uno de los principales promotores de las inversiones de esa empresa en la entidad.  

 

Cínico contumaz, Duarte olvida que dejó a Veracruz en las ruinas por su voracidad por el dinero fácil y su descarada ambición personal, que llevó a la quiebra a las finanzas públicas y dejó infinidad de obras a medias con la complicidad de su pandilla de rufianes, muchos de los cuáles llegaron a Veracruz –provenientes del norte y sur del estado- con una mano atrás y otra adelante, y al terminar la desastrosa administración duartista, salieron locos de contentos con las alforjas llenas de dinero público.  

 

Sólo un demente tomaría en serio las declaraciones de Duarte, quien al ver el trato otorgado tanto a Emilio Lozoya como a Emilio Zebadúa cree, ilusamente, que vomitando todo lo que sabe, reducirán su pena y le darán las gracias con todo y fanfarrias para que salga antes de prisión; el sinvergüenza cree que los veracruzanos ya olvidaron las raterías de su gobierno puestas en evidencia, una a una, por Miguel Ángel Yunes, quien confiscó bienes y recursos públicos desviados por Duarte y su camarilla de sinvergüenzas.  

 

Venir ahora a decir, dos años después de terminado el gobierno de Peña, que tiene toda la disposición de hablar, es propio de rufianes de poca monta, pues al aceptar que Peña Nieto le instruyó desde Brasil que “acelerara” las obras de Odebrecht por los compromisos que había con el entonces presidente, acepta tácitamente que fue participe de esas corruptelas.  

 

Si Duarte sabía que eran ilícitas las actividades de Odebrecht en México y en Veracruz, debió tener los suficientes pantalones para denunciarlo en su momento y oponerse a las “instrucciones” que recibió de Peña; pues además acepta también que obedecía ciegamente al ex presidente Peña Nieto en todo lo que le indicaba, cuando al único que debía obedecer era al pueblo de Veracruz.  

Veremos en qué termina esta nueva puesta en escena del caradura de Javier Duarte, quien dicho sea de paso goza de todas las libertades posibles para comunicarse con el exterior, promover campañas mediáticas a su favor y declarar sin ton ni son. Ni hablar, tuvo todo a su alcance para haber sido un gran gobernador, y terminó siendo la vergüenza de esta y las próximas generaciones de priistas. Veracruz no olvida; a llí están de ejemplo las graves irregularidades de los Juegos Centroamericanos y del Caribe como para refrescar la memoria. 

 

POSDATA:  

 

Me piden que pregunte a qué se debe que el Organismo Público Local Electoral (OPLE) de Veracruz, permite que Esteban Ramírez Zepeta, presunto aspirante a la dirigencia estatal de Morena, suba y baje por todo el estado en una campaña que ni está regulada ni justificada, convocando a la militancia, erogando recursos en su desbocada campaña e invitando por igual a diputados federales y locales por todo el estado. Los partidos de oposición preparan ya una denuncia ante las instancias electorales, por esta campaña anticipada, repito, porque ni siquiera su partido ha emitido la convocatoria pertinente y ya hay municipios tapizados con propaganda de la 4T y del propio Zepeta. Nos piden que recordemos, también, que ya hay un antecedente en el INE cuando emitió medidas cautelares tanto para Mario Delgado como para Porfirio Muñoz Ledo durante la contienda interna por la dirigencia nacional de Morena, para que no se promovieran en redes ni en medios de comunicación. Servidos.