Dura lex, sed lex
Cuando las autoridades, en este caso municipales, llegan al “poder”, se convierten precisamente en eso: en Autoridades; las cuales tienen como función, servir a la sociedad que los eligió y trabajar a favor de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos con las herramientas más importantes que tienen a su disposición: las leyes.
Esas leyes son precisamente las reglas que sirven para armonizar la convivencia social y que rigen las funciones de cada miembro del cabildo y de los funcionarios de cada área específica.
Al rendir protesta cuando asumen sus funciones, protestan, es decir, juran y se comprometen, a cumplir y hacer cumplir la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Constitución del Estado de Veracruz y las leyes y reglamentos que de ellas emanan y cumplir leal y patrióticamente con el encargo que asumen.
Eso no es un discurso cuadrado ni un choro trillado, es realmente un compromiso formal que asumen como autoridades y funcionarios públicos y su compromiso es con la sociedad y con las leyes. Con eso quedan investidos de autoridad y de atribuciones que no tienen los ciudadanos comunes y corrientes.
Es por eso que estaban siendo muy cuestionados los actuales funcionarios y los ediles, al no asumir su autoridad con los comerciantes ambulantes que por sus pistolas sin que nadie pudiera impedírselos, se habían literalmente adueñado de las calles y espacios del centro de la ciudad, realizando una competencia desleal.
La misma ley otorga la autoridad para hacer uso de la fuerza pública, es decir de la policía, para poner orden en situaciones que se salen de control.
Por todo esto, los ciudadanos en general, vecinos y comerciantes establecidos que se veían afectados con dichas invasiones, aplauden, respaldan y reconocen que, por fin, a las autoridades municipales les callera el veinte, se fajaran los pantalones y hubieran actuado, haciendo valer la ley para poner orden y desalojar y liberar espacios públicos de uso común.
Cierto que todos tienen derecho a ganarse la vida trabajando. Pero la autoridad debe exigir que sea en orden y cumpliendo la normatividad establecida para cada caso. Existía ya un ofrecimiento de un espacio para que se instalen.
Por otro lado, ya lo comentábamos, Coatepec se rige con una reglamentación más estricta por contar con la categoría de Pueblo Mágico, lo que le da la posibilidad de acceder a recursos federales que otras ciudades no tienen.
Esa reglamentación contempla imagen urbana, seguridad, servicios, capacitación para prestadores de servicios, buena atención, buen transporte, estacionamientos, no ambulantaje y muchas cosas más que debe cumplir como destino turístico, generador de divisas que se quedan aquí mismo.
Sin embargo, si no se tomaban acciones como las mencionadas, se corría el riesgo de perder la denominación y perder una buena cantidad de recursos destinados a mejorar calles, rescatar monumentos y mejorar los servicios.
Esa autoridad se debe mantener y extender a todo lo que atente contra la imagen urbana, como la gran cantidad de objetos y anuncios no permitidos que muchos comercios establecidos han instalado en banquetas y hasta en el arroyo vehicular. Sin que les tiemble la mano deben ser retiraros y sancionar la reincidencia.
Solo deben hacer lo que ya demostraron que se puede hacer: aplicar los reglamentos y evitar que se caiga en una anarquía.
Nada ni nadie puede estar por encima de la ley. Tampoco se puede violentar el estado de derecho. Todo debe estar en el marco de la razón y la ley.
Desde luego no faltarán aquellos “defensores de los derechos humanos” y paladines de la justicia que vean la medida como “abuso de autoridad y represión contra el trabajo decente y honrado de personas que necesitan llevar el sustento a sus familias” etc. etc… pero la sociedad coatepecana, la que paga impuestos, comerciantes establecidos, ex autoridades y ciudadanos de bien, que sufren las consecuencias del desorden, reconocen y aplauden tal medida.
No faltarán quienes en las redes sociales, critiquen y juzguen negativamente y hagan un borlote por lo que solo veían con indiferencia. Veremos manifestaciones, insultos, gritos carteles agresivos, así como discursos al viejo estilo del comunismo obsoleto, que exigirán que no se aplique la ley. Vamos hasta en el informe del alcalde seguramente veremos manifestaciones, pero ni modo, a aguantar. No ceder y mantenerse firmes en el cumplimiento de sus obligaciones.
La ley es dura pero es la ley (dura lex, sed lex)…