El Cancionero Picot
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Por René Sánchez García
Dicen que recordar es vivir y eso es bien cierto. Quienes en este momento andamos entre los sesenta años a los cien de buena vida, recordaremos sin duda aquella legendaria publicación anual llamada Cancionero Picot. Originalmente todo esto nació dentro de un programa de radio (en la ciudad de México) en el año de 1930, donde la principal casa comercial patrocinadora era Picot (por cierto extranjera) y en donde se plasmaba la identidad mexicana a través de la música vernácula (ranchera para ser más específicos), así como dar a conocer a los cantantes de la época y a los nuevos valores de la música popular.
Posteriormente, la popularidad del programa de radio permitió que se editara o se publicara cada año un Cancionero Picot, mismo que se distribuía gratuitamente en toda la república, especialmente en los lugares ligados al campo y en las barriadas de las grandes ciudades. Algunos mencionan que fue a principios de los años cuarenta en que se inició la publicación del cancionero y otros aseguran que fue a partir del año de 1950. Lo cierto es que la revista tamaño media carta se hizo famosa y alcanzó nada menos que un tiraje de 54 millones de ejemplares en sus 27 años de existencia. Aseguran que la última publicación del cancionero fue en el año de 1960.
Todos recordaremos que en las portadas del Cancionero Picot siempre aparecieron tres personajes caricaturescos: Chema (el tradicional charro mexicano) Juana (la popular china poblana) y el pequeño, hijo de ambos. La revista promovía los éxitos musicales del año, así como las melodías tradicionales del gusto mexicano de antaño. Los lectores conocían y cantaban la letra de las rumbas, mambos, boleros, rancheras y sones. Igual dentro de las páginas del Cancionero Picot se encontraban consejos para curar la indigestión de la comida condimentada mexicana y un sinfín de remedios para aliviar el resfriado, la tos, quemaduras y hasta los callos. Sin faltar para las damas unos buenos consejos para su belleza y del cuidado de sus niños.
Los historiadores de este tipo de publicaciones populares aseguran que desde el tiempo de la Revolución Mexicana se inició este tipo de tradición impresa, donde igual se daban a conocer dibujantes, pintores, artistas gráficos y plásticos y diseñadores, siguiendo siempre la línea nacionalista y popular que marcara la Revolución Mexicana y el General Lázaro Cárdenas del Río en sus seis años de gobierno. Espero que todo lo anterior les traiga buenos recuerdos vividos.