Ars Scribendi

EL COATEPEC DE AYER

Comparte

 

Por Rafael Rojas Colorado

rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx

 

5ª. parte

            En ese ayer escuchábamos hacer escoleta a las bandas de guerra y solíamos decir, ya se preparan para el primero y el cinco de mayo, meses después para el 16 de septiembre y 20 de noviembre. Cuando los veíamos desfilar, la musicalidad de los clarines, las cornetas y los tambores nos acercaban la presencia de los héroes de la independencia, o la de los mártires del trabajo, los valores morales los teníamos bien cimentados y la piel se erizaba de la emoción.

Inmerso en su apacibilidad el barrio de la luz presumiendo la belleza de su iglesia y los milagros de su virgen, también proyectaba el talento musical a través de “La marimba Ortiz”, los hermanos, Darío, Gonzalo y Antonio la conformaban con algunos amigos, con frecuencia se les veía alegrando fiesta tras fiesta en la geografía de la ciudad, fueron muy cotizados en su tiempo y su música llenó de gozo muchos corazones.

La Iglesia también se adaptaba a los cambios que exige el acontecer del tiempo, el padre Juan Manuel Martín del Campo dio apertura para que se formaran los primeros coros que acompañaban las ceremonias religiosas. Se trataba de jóvenes de ambos sexos con afición al canto y a pulsar una guitarra. Se les llamaba misas A GOGO.

El Twist estaba de moda y al igual que el Rock And Roll sonaban haciendo contraste con el romanticismo de los tríos y los boleros de Javier Solís, en Coatepec se escuchaba la voz de Beto Guiot y Goyo Estévez cobijada por la noche de una serenata, Paco Huesca prefirió volar hacia otros horizontes, pero en nuestro pueblo ya se despertaba el deseo de formar conjuntos musicales. Así se fueron haciendo familiares los llamativos instrumentos eléctricos, el deseo de poseer uno se agigantaba a cada momento; no fueron pocos los que sintieron el llamado de la música, la vocación artística se les avivó de inmediato; con disciplina y compromiso moldearon su arte. A Víctor Durán se le facilitaba la guitarra, recorrer los dedos en los teclados fue inspirador para Tito de la Rosa, Pablo Sánchez y Marcos Córdoba, Francisco Javier Suárez Olmos armonizando con el bajo a su grupo. Juan Simón Méndez y Mario Salomón golpeando rítmicamente con talento los tambores de la batería, así desahogaban sus inquietudes juveniles, tal vez sus sueños, ilusiones y anhelos, Pedro Galván Lagunes emitiendo su modulada voz entonando maravillosas baladas, todas ellas hicieron historia en el transcurrir del tiempo, no fueron pocas las jovencitas que suspiraban cuando los veían actuar, así nacieron muchos idilios, algunos llegaron al altar.

Fue así como la juventud comenzó a inquietarse por formar los primeros grupos musicales de aquel lejano ayer, así manifestaban un nuevo pensamiento que, sumado a otros, poco a poco iría transformando la apacible vida del pueblo. Vagamente recuerdo a los “Savage Beats” – golpes o ritmos salvajes, por ahí va la cosa –, “Los Seis”, “Os Yuges”, “Los Grados”, el grupo “Personal” y “Los Mokazaba”, parecían empezar a escapar de la quietud provinciana y empezaban a pisar el camino de la vanguardia. Algunos llegaron a presentarse en centros nocturnos de la ciudad de México y, naturalmente, de nuestra región, el talento los avalaba, esta fue la razón por la que algunos gravaron su música. Todos eran convocados y admirados, de eso no cabe duda alguna. Los fans de estos grupos musicales hoy tienen el cabello encanecido y la piel semi marchita, pero el corazón les rejuvenece cuando acercan el recuerdo de aquella lozana e inolvidable juventud. Continuará.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *