EL HIJO DEL PUEBLO
“─Hay dos cosas en la vida que un buen charro debe tener: una mula y una vieja, eso sí que la mula no sea muy vieja y que la vieja no sea muy mula”. Esa es la sabiduría del charro de Huentitán el Alto, Jalisco; con ese estilo se identifica con el pueblo y por eso el mismo pueblo así lo bautizó: “EL HIJO DEL PUEBLO”. Vicente Fernández Gómez, “Don Chente”, figura entre los mejores cantores que ha dado nuestro país, nacido un 17 de febrero pero del año de 1940.
Con 75 años encima, sigue cantando; es considerado como una de las figuras más acaudaladas del espectáculo; ha anunciado infinidad de veces su retiro, pero no se puede ir, porque sigue llenando los palenques y los auditorios; sigue con esa imagen de sencillez, humildad, carisma y generosidad que es lo que gusta al respetable.
La primera vez que lo oí cantar, interpretaba un bolero que el dueto de “Los Bribones”, ya lo habían hecho famoso en la década de los sesenta, llamado “Lo Siento por Ti”; estaba reciente la muerte de otra figura del bolero ranchero, Don Javier Solís y en aquel entonces aunque eran estilos muy diferentes, pareciera que sonaban con la misma intensidad.
Poco a poco Vicente fue ganando terreno para colocarse en la cima de la popularidad. Y el público conocedor, muy pronto interpretó: “y volver, volver, volver a tus brazos otra vez, llegaré hasta donde estés, yo se perder, yo sé perder, quiero volver, volver, volver”.
«—Vicente está donde está la gente y está vigente» y «—mientras sigan aplaudiendo, yo sigo cantando»; el Chente sigue actualizándose, sigue cantando cada día mejor, sigue ganando premios, sigue de empresario en su natal Jalisco, inaugurando edificios formidables como la arena “VFG”, arropando a jóvenes boxeadores mexicanos.
Amigos, como dice el charro “Solo quien ha comido ajo, nos puede dar una palabra de aliento” y no se preocupen porque “todo problema económico, se arregla con dinero” y “el que madruga, encuentra todo cerrado”.
¡Ánimo ingao…!
Con el respeto de siempre Julio Contreras Díaz
Y el DJ no se puede equivocar. Esto gusta mucho: