El hombre que no lee libros
Por René
Sánchez García
Alejandro
Toledo (México, DF., 1963) es un escritor bastante joven, pero con ya una larga
trayectoria en el mundo de la escritura de libros y en el fomento de la lectura
entre los universitarios. Se ha especializado en realizar numerosas entrevistas
a autores destacados, mismas que las convierte en forma de conversaciones para
publicar. También ha escrito numerosos cuentos breves y novelas cortas, así
como bastante y variada prosa ensayística y artículos periodísticos. Su vida
está ligada a la difusión cultural de la Universidad Nacional Autónoma de
México y actualmente es el encargado de la coordinación de las obras completas
del también escritor mexicano Efrén Hernández en el Fondo de Cultura Económica.
En el año de 2013, el
Gobierno del Estado de Veracruz, a través del Instituto Veracruzano de la
Cultura y en su Colección Voladores, le publicó a Alejandro Toledo, El
hombre que no lee libros (México, IVEC, 247 p.), mismo que recoge 25
excelentes trabajos escritos, que distribuye temáticamente en cuatro apartados.
Según Malva Flores, “los trabajos reunidos en éste volumen, está compuesto por
infinidad de historias extrañas y senderos heterodoxos, así como por raros
personajes que deambulan en estas narraciones fabulosas, mismas que muestran el
movimiento de la vida y, en las armonías de los relatos aparece el espejo de
nuestras pasiones, de nuestros sueños”.
Como todo hombre de letras,
también Alejandro Toledo tiene sus autores favoritos, pero sobretodo nombra a
aquellos que de alguna manera han influido en su obra literaria escrita: Suero, Hemingway, Hellman, Klossowski,
Porchia, Joyce, Svevo, Goethe, Hitchcock, Kafka, Hawthorne, Poe, y Blake. Igual
a otros ya bastante conocidos nuestros como: Cortázar, Borges, Buñuel, Tario,
Carlos Fuentes, Salazar Mallén y de manera especial a Efrén Hernández. El
hombre que no lee libros, nos recuerda que “el genuino placer de la
lectura no requiere de conferencias magistrales para advertir la verdadera
esencia de la literatura: su poder de convocación alrededor de una mesa –el
libro-, en cuya charla podemos vislumbrar las correspondencias del mundo”.
El trabajo final escrito que
da nombre al título a este libro de Alejandro Toledo, aparece en las páginas
235-243. Es una excelente y atinada reflexión personal que hace acerca del
futuro del libro en los tiempos actuales de la comunicación por Internet. Es un
llamado urgente al gobierno para que legisle a favor de que los mexicanos
tengamos acceso al libro impreso y a bajo costo. Es una propuesta para que los
dueños de la televisión comercial no sigan envenenado a los niños y a las
personas adultas con su cultura barata tele novelesca. Es la oportunidad para
que la sociedad civil apoye el trabajo conjunto del buen uso del Internet y del
libro. Que no predomine más la cultura de la imagen y del sonido, sino la de la
lectura individual y colectiva. Es la invitación a no dejar perder nuestro
bello lenguaje y la memoria reflexiva del futuro. Es un grito urgente para que
seamos libres.
sagare32@outlook.com