Ars ScribendiDestacado

El libro

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Por Rafael Rojas Colorado

 

            A veces tomamos en las manos un grupo de hojas cobijadas por dos pastas y un lomo que le sirve de soporte. Con delicadeza y emoción vamos pasando una tras otra, pronto descubrimos el conocimiento que allí se hospeda. Todas las ciencias, por extrañas que parezcan, necesitan de este vehículo intelectual, a través de él dan a conocer su esencia, algunas de mucho misterio y complejas, pero otras sumamente objetivas y de rápido aprendizaje.

            Es el momento en el que el lector reflexiona al respecto y le brinda merecido reconocimiento a al autor de la obra en mención, el tiempo dedicado a la investigación, a las horas, meses o tal vez años para estructurar un trabajo intelectual en beneficio de la población estudiosa. Sí a literatura se refiere, nos regocijan o entristecen las historias que allí se narran, todas ellas también son producto de la investigación o, en su defecto, de la imaginación y la fantasía, pero escritas, aunque a veces parecen simples, con talento, arte literario que persuade al lector al grado de sumergirlos en esos pasajes que, a veces parecen cuentos de hadas.

            Todas las historias y el conocimiento universal, hasta la fecha, solo es posible que lleguen al estudioso o buen lector a través de un libro impreso, que muy a pesar de la modernidad seguirá con vida hacia el futuro. El libro se convirtió desde su cuna, en el mejor amigo del hombre, tal vez su consejero, además, es muy fácil de transportar sin ningún esfuerzo, encuentra acomodo en las manos, el bolsillo, un portafolio y se puede llevar consigo mismo a todas partes como un íntimo e inseparable amigo.

            Un libro conserva fidelidad y gratitud, porque después de leerlo se le acomoda en los estantes de las bibliotecas o del hogar, allí se convierte en un ejemplo de paciencia, pues ignora hasta cuando volverá a ser consultado. El tiempo la humedad y la polilla conforman una banda que conspira su destrucción, son sus férreos enemigos, pero el libro resiste por largos años esas injustas agresiones y siempre está disponible para desnudar su conocimiento esparcido en cada una de sus páginas.

            Es justo que, al menos, una vez al año, recuerden su historia, su odisea a través de los siglos, su utilidad, valor e importancia dentro de la sociedad. El 23 de abril el libro está de manteles largos, es su fiesta internacional, es un día sumamente especial en el que todos desean llevarlo a casa, leerlo, festejarlo y felicitarlo por su grandeza intelectual.

rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx

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