EL LIBRO PERDIDO
EL LIBRO PERDIDO
Por
Rafael Rojas Colorado
El
libro perdido ha sido rescatado después de más de cincuenta años de que el
tiempo lo ocultó de los lectores. Pero gracias a Alfaguara, se pueden revivir
aquellos históricos momentos de conversación entre dos escritores
latinoamericanos, que, sin saberlo con exactitud, estaban sembrando las raíces
de ese nuevo movimiento literario llamada Boom latinoamericano.
La
Universidad de Ingeniería de lima Perú, fue el escenario de esta interesante
conversación entre Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez. Ambos hablaron
de la literatura que involucraba a los países de habla hispana, haciendo
énfasis en “Cien años de Soledad” que apenas comenzaba a conquistar lectores,
pero que ya posicionaba a su autor como un gran conocido escritor sudamericano.
La
charla frente a un auditorio en el que no había cavidad para un alma más,
parecía una entrevista periodística, pero de elevada cultura y conocimiento por
la literatura. Mario Cuestionaba a Gabriel y en cada pregunta parecía un ávido
detective literario, siempre buscando con inteligencia y sabiduría, las herramientas
que Gabriel utilizaba para su trabajo técnico y literario. El cuestionado
contestaba con mucha habilidad las interrogaciones que le hacía su amigo, pero
pleno de una gran inteligencia, también conseguía ocultar lo que aún no estaba
terminado. García Márquez, ya con mucha experiencia, estaba cierto de lo que no
se debería de comunicar antes de terminar y publicar un trabajo convertido en
novela o cuento. Sin embargo, los que escucharon la plática aprendían de
literatura, mucho más que en las aulas de un taller o universidad, pues dos
eruditos de las letras compartían valiosas experiencias literarias de sus
trabajos y prácticas, también analizaban las obras de los escritores
contemporáneos como Jorge Luis Borges, Carlos Fuentes y Julio Cortázar entre otros
más. Ambos admiradores de William Faulkner.
Los
presentes que atentos escuchaban la plática, sobre todo, aquellos que tenían
inclinación hacia las letras, se les habría un vasto panorama en el que les
descubría que un escritor trabaja con las experiencias personales, culturales,
históricas, sociales e imaginativas, además, el encontrar el tono y la voz que
marcará la estructura del relato, pero eso no basta hasta que se tiene la
capacidad de convertir toda experiencia y conocimiento de una realidad al lenguaje
literario que sea verosímil.
La
novela de García Márquez nos introduce a ese pueblo caluroso, de aire seco y
calles desiertas y polvorientas donde se percibe la soledad, pero con su
lenguaje técnico y literario, todos los episodios de Cien años de soledad,
reflejan pasajes fantásticos, verosímiles y la personalidad de una familia que
hereda sus nombres a su descendencia. Resulta poética la historia del
inexistente pueblo de Macondo y a la vez real en toda la expresión de la
palabra; que utiliza García Márquez en su obra cumbre logrando un delirio que
hace que Macondo sea cualquier pueblo del mundo, o incluso cualquier persona,
pero con el corazón palpitando por Aracataca.
En
estas páginas que tienen un prólogo de Juan Gabriel Vásquez, y notas introductorias
de Luis Rodríguez Pastor y José Miguel Ovidio, descubrimos que Mario Vargas
Llosa y Gabriel García Márquez, se conocieron por intercambio de
correspondencia, fue en esos momentos cuando nació su sincera amistad entre
ambos. La vez que coincidieron personalmente, su afecto ya estaba bien
cimentado, lamentablemente, años más tarde se rompería para siempre esa amistad
que solo estaría unida por la palabra escrita de dos gigantes de Boom.
A
través de sus trabajos literarios comprendieron y compartieron a sus lectores
el verdadero rostro de Latinoamérica, ese fue su legado y el futuro, claro está
que, en diferentes fechas, ambos recibieron el premio nobel, por sus valiosos
trabajos en la literatura, que refiere a la misma realidad.
Esa
plática del cinco de septiembre de 1967 en la Facultad Nacional de Ingeniería
en Perú, quedó plasmada para que las futuras generaciones, conozcan los
problemas, que en esa época enfrentaba Latinoamérica, pero más aún es una
verdadera lección de literatura.
rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx