EL MIEDO AL POPULISMO EN MÉXICO
EL MIEDO AL POPULISMO EN MÉXICO
René Sánchez García
En el mensaje dirigido a la nación con motivo de la
entrega de los volúmenes del III informe de gobierno a la Cámara de Diputados,
el presidente Enrique Peña Nieto hizo alusión a quienes buscan alternativas a
las políticas públicas actuales del país son sólo unos “demagogos y
populistas”. El mensaje tiene un destinatario particular: Andrés Manuel López
Obrador y sus miles de seguidores en todo el país y en el extranjero,
aglutinados en el nuevo partido político llamado Movimiento de Regeneración
Nacional (Morena). Es comprensible y válido el mensaje o advertencia, pues es
una necesidad imperiosa del PRI y sus partidos aliados, dar continuidad a todas
las reformas estructurales aprobadas, tal y como lo dictan los acuerdos
neoliberales de libre comercio pactados desde hace ya algún tiempo.
Por lo tanto, tratar de construir modelos de
alternativa para salir del modelo neoliberal resulta en este momento una
verdadera traición a la patria. No puede tener cabida en la actual lógica
economicista el construir un nuevo modelo económico y político que permita la
más grande y nunca vista transformación social del México actual, que beneficie
por igual a todos los mexicanos y no sólo a las clases dominantes como sucede
en este momento coyuntural. Una nueva y sólida economía nacional (totalmente
nuestra) que se vaya incorporando a lo local, a lo regional, a lo nacional y a lo
mundial; muy distinta a la actual economía nacional dependiente. Aunque el
término populista no aparece en el diccionario de la lengua española, si es un
concepto político y manejado por la sociología, “que alude o apela al pueblo
para construir su poder, entendiendo al pueblo como las clases sociales bajas y
sin privilegios económicos o políticos”.
Escuchar o pronunciar la palabra populismo, para
muchos parece ser algo relacionado con el socialismo o el comunismo de los años
cincuenta del siglo pasado; pero no, se trata simple y sencillamente de las
denuncias y protestas sumadas, o bien, de los discursos combativos que realizan
los ciudadanos pobres y desamparados en contra de los privilegios que tienen
las clases dominantes, tanto políticas como económicas. Por ello, dice la
definición: “los líderes populistas se presentan como redentores de los
humildes”. Nada que ver con comunismo o socialismo, mucho menos con democracia,
nacionalismo o patriotismo. Lo cierto es que para la lógica capitalista, Andrés
Manuel López Obrador sigue representando un peligro para México y los
mexicanos. Quien entiende de política, el mensaje presidencial representa, más
que otra descalificación más al tabasqueño, el reconocimiento de que AMLO
existe y que sus seguidores pueden hacerlo ganar en el 20l8. Por lo mientras,
celebremos en este mes de septiembre, las minucias que aún quedan o nos han
dejado de lo nacional.
Publicado originalmente 14 de septiembre de 2015