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El Patrimonio Histórico de Coatepec: La iglesia de Nuestra Señora de la Luz

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CRÓNICA COATEPECANA

Dr. Jesús J. Bonilla Palmeros

jesus_bonilla1@hotmail.com

 

(Segunda y última parte)

En el mes de octubre de 1970, el presbítero Bernardo Villarreal Villarreal divulgó en el cuadernillo número ocho de su serie de publicaciones, un trabajo titulado “El Barrio de la Luz en Coatepec”, estudio en el que retoma información registrada décadas atrás por don Félix C. Sánchez (1929) y el presbítero Adalberto Gómez (1943), aparte de una serie de datos recuperados en entrevistas a informantes de la localidad.

Los datos aportados por el presbítero Bernardo Villarreal le dan un origen prodigioso al templo de Nuestra Señora de la Luz y lo argumenta con base en un milagro realizado por la virgen a un reo acusado de un delito que no cometió, más su fervor a la virgen originó que se le apareciera al señor Gobernador Teodoro A. Dehesa y solicitara el indulto para el reo condenado a muerte, ya liberado promovió entre los vecinos la construcción de la capilla como una forma de agradecer el portento. Milagro que no refieren en ningún momento los dos cronistas locales que le anteceden, en cambio el trabajo del padre Villarreal es rico en datos que fueron recabados entre informantes del barrio, en específico una reseña sobre la participación de feligreses piadosos que se han encargado de apoyar activamente las necesidades de mantenimiento y embellecimiento del templo.

El padre Villarreal refiere que en la segunda mitad del siglo XX se hizo cargo de la capilla doña Faustina Ortiz, quien con el apoyo de su hermana Eulalia trabajaron muchos años para llevar a cabo diversas mejoras a la capilla, entre ellas el mandar a fundir tenates de “tlacos” para la manufactura de la campana, así como la renovación del piso enladrillado por uno de mosaico.

Hacia la década de los cuarentas y por recomendación del padre Agustín Felipe Mayer, se manufacturó un nuevo altar y retablo en cedro, obra que estuvo a cargo del maestro carpintero José Batista, a quien le llevó cinco años concluir la bella obra, y fue bendecida por el Arzobispo Dr. Manuel Pío López. Hacia mediados de esa misma década se colocaron cinco lámparas que penden a lo largo de la nave, las que fueron donadas por integrantes de la familia Todd: Félix, Santiago, Elodia, María Luisa T. de Sánchez y Refugio T. de Murrieta. Posteriormente se han realizado un buen número de donaciones hasta el presente por personas altruistas de la localidad, cuya lista es muy larga y no podemos incluir en este pequeño espacio.

Un reconocimiento también a doña Piedad Ortiz quien trabajó con mucho empeño para la atención de las necesidades de la capilla, ya sea a través de la venta de antojitos, rifas y colecta de las aportaciones por parte de los fieles, así como las veces que al no ser suficientes los recursos, aportaba de su propio patrimonio para reunir la cantidad que se necesitaba.

 

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