Especial

El pocito

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Por: Norma Carretero Rojano

 

 

 

Por: Norma Carretero Rojano 

 

La primera vez en mi vida que vi un camarón caminando –literal- fue en el “pocito”. Sí, un “pocito” que había en el Colegio Rebolledo, ignoro si aún exista, pero no lo creo. Ha habido mucho crecimiento en mi cole –permítame llamarle así- y, difícilmente creo que aún se conserve, además que, el “pocito” –como le llamábamos-, no era más que un nacimiento de agua que hacía una poza poco profunda, pero que anegaba el lugar entre plantas y pastos silvestres, por lo que las autoridades del colegio tuvieron a bien enterrar en la tierra una bandeja, un lebrillo, de aproximadamente unos noventa centímetros de diámetro donde nacía. Allí, se juntaba el agua y en el fondo del recipiente se podían ver residuos de tierra que rodeaba la loma donde se encontraba.

 

No sé por qué, pero era un paseíto casi obligado todos los días durante el recreo o al finalizar este. Los chiquillos íbamos a jugar con el agua y a tomarla, o, por lo menos yo lo hacía, después de un encuentro de beisbol entre los mismos compañeros del salón.

 

¡Se organizaban unos juegos buenísimos!, hacíamos los equipos mixtos, es decir, de hombres y mujeres; me acuerdo mucho de Chely, ella era prima de Cirilo, e íbamos en el mismo grupo.

Chely era excelente jugadora, golpeaba fuertemente la pelota y casi siempre hacia home rones, todos queríamos escogerla. Yo era también de las buenas, pero nunca como Chely y Cirilo. Corrían como gamos.

 

Por pelota usábamos las de goma, grandes y por bat nuestra mano con el puño cerrado. De los niños que jugábamos éramos –que yo recuerde-: Themis Alarcón Limón, que por cierto, volábamos muy seguido la pelota hacia el río para irnos a meter, ¡nos encantaba mojarnos! y, era la única forma de poder entrar al rio, con ese pretexto de ir tras la pelota, pues por seguridad no se nos tenía permitido el acceso; Gladys González Campos, Cirilo y Chely, Carlos Peredo, era buen pitcher, Miguel Ángel Rodríguez Tood, Abel Cuevas Melo, Rodolfo Galván Morales, mejor conocido como Fito, alumno brillante quien encabezaba siempre los primeros lugares en el salón, junto con sus inseparables Miguel Ángel Rodríguez y Abel Cuevas; Mario, el Bubu, y otros más.

 

El “POCITO” era nuestro, formaba parte de nosotros, lo recuerdo aun con cariño y, ahora también con nostalgia, como se recuerda algo muy lejano y querido.

 

Mi gozo en un pozo”. Anónimo.

 

e mail: normacarreterorojano@hotmail.com

 

“Mi gozo en un pozo”.

Anónimo.

 

e mail: normacarreterorojano@hotmail.com

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