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EL ÚLTIMO ÁRBOL

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EL ÚLTIMO ÁRBOL

Por Rafael Rojas Colorado

Hoy que la navidad se está acercando se hace presente la reflexión, la armonía familiar y el vivenciar a plenitud la época decembrina. Por esta razón dedico breves líneas al libro “El último árbol”.

En esta antología de cuentos navideños reunidos por Mónica Maristain y editado por planeta, es sensible el relato “De poetas y aviadores” del escritor Santiago Gamboa. El joven Ivo Machado, nativo de las islas de Azores, trabajaba en la torre de control de ese aeropuerto ubicado en la isla Santa María. Dirigía aviones desde su puesto de responsabilidad. Esa noche dirigía solo un avión. Lo piloteaba un inglés que llevaba bombardeo británico a Londres, pero fue sorprendido por una tormenta, voló en zigzag, ya no le alcanzaba el combustible para llegar ni 

regresar a ninguna parte. Sabía que iba a morir, de eso estaba seguro. Se acomodó los audífonos y entre el piloto y el controlador de la torre se inició un dialogo. El piloto inglés le pregunto al joven a que se dedicaba en la vida, la sensibilidad afloró y se inició una conversación de la torre de control al avión que se encontraba en peligro. El piloto presentía a cada instante la muerte y reconoció los valores de la vida. Ivo le contestó que era poeta, le gusta la poesía de Walt Whitman y de Coleridge, también la de Emily Dickinson. Los minutos pasaban y los interlocutores desahogaban sentimientos, sonetos y la “Balada del viejo Marinero” que Ivo tenía en Mente, intercambiaron poemas, todos salían del avión hacia la torre de control y viceversa. El piloto volaba entre su soledad y la tormenta. La tristeza se hacía presente, los recuerdos también, los dos hablaban de sus vidas y de sus sueños, aún sin conocerse físicamente. 

De repente se perdió la señal, Ivo se retiró a su hogar, pues su turnó había terminado. Al día siguiente fue informado de que el avión inglés flotaba en las aguas del mar, pero el piloto estaba muerto. Fue la única vez en la historia de la aviación que las frecuencias estuvieron saturadas de versos y poemas. La Navidad estaba próxima.

También puede leer el “Árbol más grande del mundo”; de Federico Andahazi, “Fabula de la naturaleza”; de Francisco Hinojosa”, “Mamá eligió para suicidarse el 24 de diciembre por la mañana”; de José Ovejero, “Tarjeta Postal”; de Norma Lazo, “Una Rama más Alta”; de Andrés Neuman, “Cita a ciegas” de Pedro Ángel Palou”; “La Navidad como escalera”, de Alberto Ruy Sánchez; “El último regalo”, de Antonio Ungar, entre muchos más que le despertaran la sensibilidad.

Esta fecha decembrina nos invita a vivirla a plenitud, a regocijar el alma en el legado de Jesús de Nazaret, y nos motivan a abrir las páginas de los libros para recrearnos en ellas en estas fechas que nos dejan una agradable sensación de bien estar.

En este mes de diciembre les recomiendo leer “El Último árbol” y algo le va a despertar en su interior. “Un libro conduce hacia la sabiduría”.