Especial

ELVIS..!

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Los grandes artistas casi siempre mueren siendo jóvenes. Es el caso de Elvis Aarón Presley, el rey del rock, quien el pasado 8 de enero, hubiese cumplido 84 años de edad. Hoy puedo imaginarlo hecho un anciano, calvo, con ralas patillas canas, regordete, papada, guitarra colgada, sentado en una banca interpretando el Rock de la Cárcel, marcando el compás con la punta del zapato, o cantando My Way, uno de sus últimos éxitos, al lado de su compañero de farras, Frank Sinatra.

 

El árbol de hojas naranja llamado Tupelo, es el que le da el nombre a la ciudad del estado de Misisipi, donde en el año de 1935 nuestro héroe nació, dando muestras de ganador, pues en un parto muy complicado, sobrevivió al hermano gemelo que, el destino le apagó la estrella.

 

Dicen los biógrafos de Elvis que, a los trece años se mudó con su familia a la ciudad de Memphis Teennessee (a 140 millas al norte, mismo lugar donde años más tarde asesinaron al pastor bautista y defensor de la raza negra Don Martín Luther King), donde muy pronto se dejó influenciar por los cantos evangélicos surgidos en las iglesias afroamericanas del siglo XVIII, conocidos como música góspel, o God Spell, traducido como “Llamado de Dios” y que en el año de 1930 cundió a todo Estados Unidos.

 

Cumplidos 19 años, hace su debut entonando canciones que solo los negros cantaban. Sus movimientos de caderas, de piernas y hombros, espantaron a las sociedades pías y éstas pugnaron para que esas presentaciones fueran prohibidas. A los 22 años, tiene el mundo a sus pies: “Elvis es un éxito”. Con la RCA Records, graba “Hotel de Corazones Destrozados”, destrozando el corazón de la juventud norteamericana y a la europea, la fractura con “No Seas Cruel”. Cine, giras, radio, televisión, no dejan vivir en paz a Elvis. Éste se transforma en una máquina de hacer dinero y es así como adquiere la excéntrica mansión Graceland, ubicada ahí mismo, en Memphis y dos aviones, los cuales fueron subastados apenas hace dos años.

 

Vivió como quiso, hizo lo que quiso, viajó donde quiso, gastó lo que quiso. Se casó, se separó,  hasta que un día, con 42 años encima, el destino lo alcanzó. El rey murió.

 

Todo esto viene a colación, porque un admirador y fanático “Del Rey”, lo fue el fallecido amigo Max Preciado Ortiz, quien junto con el profesor Rubén Monzón y Tito de la Rosa, viajaron en una combi a la Unión Americana, hasta llegar a la casa museo Graceland, sin perder la oportunidad de ofrendar flores en el sepulcro del artista. Un grupo de buenos amigos, los hermanos Carlos y Max Ortiz, Francisco Paquirris Peredo, el inge Lopitos, Chucho y Santia Gómez, entre otros, convivimos en reuniones donde fue la casa de Max. Ahí, en pláticas barrocas y menjurjes caseros hechos con esencias balsámicas, hemos recordado a Elvis, pero, más tenemos presente al amigo Preciado, que, en efecto, fue muy apreciado.

 

Amigos, alguien dijo: “Ser sabio no significa saber de todo, sino haber vivido todo”

 

¡Ánimo ingao…!

 

Con el respeto de siempre Julio Contreras Díaz

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