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EN UNA FLOR

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EN UNA FLOR

Por Rafael Rojas Colorado

Juchique de Ferrer, traducido del náhuatl, significa “En una flor”. Cierto es que, si nos trasladamos a tiempos ancestrales, se podía apreciar al pueblo como si en verdad fuese una flor de esta tierra fértil, cuyos pétalos eran el verdor de la serranía que se extendía hasta la lejanía. El cerro escuingo, fiel compañero del poblado, fue testigo del nacimiento de esta flor silvestre que ni los inmisericordes rayos de sol lograrían marchitar.

Como todos los pueblos, ha vivido épocas de dolor, sufrimiento e incertidumbre, pero también posee la fuerza espiritual y el amor de sus naturales, que lo han hecho florecer a través de su historia, fortaleciendo la solidaridad y la armonía que los acerca a la felicidad. Por mucho tiempo como si pocas cosas lo perturbaran, permaneció tranquilo, semi escondido del bullicio de las grandes ciudades. Parecía no tener prisa hacia el futuro y fue fecundo bajo el sol, la lluvia y los ríos que se abren paso en la espesa vegetación. Solo tendía veredas y caminos rurales entre potreros y bosques para comunicarse con rancherías vecinas, cultivando con ellas la hermandad y el precario comercio comparados con los de la urbe.

De pronto el tiempo pareció tener más prisa y fueron aumentando las necesidades de los pobladores, todos estos cambios los obligaron a improvisar un campo de aterrizaje para las avionetas, a tender carreteras para estar más cerca del progreso; así aumentó el flujo comercial y se fue acrecentando día a día. Los vehículos de motor se hicieron presentes en las calles calzadas con piedra y terracería desplazando los caballos, Cuando el siglo XX feneció las ciudades ya conocían a este ensoñador pueblito que por años estuvo escondido en el corazón de la sierra.

En el siglo XXI se consolidó la era de la tecnología digital, y Juchique de Ferrer abre sus alas para volar por los infinitos caminos y sendas electrónicas que conforman las redes sociales, pues anhela conducir su esencia de pueblo por todos los rincones del planeta tierra. Esta nueva aventura surge de una idea concebida por la inspiración del doctor Gabriel González Alarcón, dar a conocer la historia del pueblo a través de un canal de Facebook, así lo exige la modernidad, primero buscó apoyo en su hijo Gabriel Moisés González Marín, de inmediato se puso en contacto con Luis Aguirre Martínez; Víctor Manuel Hernández González, Víctor Hugo Blanco Fernández y conformado el equipo crearon el portal digital “Juchique de Ferrer, su historia.

Eligieron el cinco de abril del presente año para darla a conocer, pues es un día significativo para el pueblo que festeja al santo patrón, San Vicente de Ferrer. La fotografía que encabeza el perfil de la página, es una ensoñadora postal en la que se ve asomarse al sol por el cerro Escuingo, sus rayos empiezan a expandirse por las apacibles calles del pueblo que comienza a despertar hacia un nuevo día.

La primera colaboración fue publicada ese mismo día y escrita por Luis Aguirre Martínez, su tema, “La semana Santa”, siete días después narró acerca del carnaval que se organiza en este pueblo y el 22 de abril relató la historia del asentamiento de Juchique de Ferrer. El 15 de abril aparece el primer colaborado, Rafael Lara Varela apoyado por Maricruz Aguilar, contando la historia de la fundación de la Esperanza, estas dos últimas historias conmovedoras. A partir del 27 de abril surge el segundo colaborador, Rafael Rojas Colorado, publicando la biografía de un hijo adoptivo de este pueblo, señor Porfirio Rojas García.  Entre fotografías del recuerdo y otras interesantes historias, el nueve de mayo transmitieron en vivo una serenata para festejar a todas las madres por su día, estuvo a cargo del dueto “Los Leal”, –de Palo Blanco– románticas y emotivas melodías llenaron de gozo el corazón de las mujeres que llevan el nombre de madre.

El pueblo cuyo significado es “En una flor”, abre sus pétalos y en cada palpitar de su corazón envía su historia, su esencia, la cultura y su amor que viaja por esos infinitos senderos tejidos por las redes sociales que lo conducen por todos los andenes del mundo, para entrelazarse con lejanos pueblos y despertarles el ánimo y el deseo de venir a conocerlo.