ENIGMÁTICAS TORTUGETAS
ENIGMÁTICAS TORTUGETAS
Si bien
se afirma que los helechos silvestres (alimento preferido de los dinosaurios)
pertenecen a la edad de la prehistoria, también las tortugas son tan milenarias
como dicha planta, pues los conocedores calculan que ellas existen en nuestro
planeta desde hace aproximadamente 110 millones de años. Ellas pertenecen a la
rama de los reptiles o quelonios, solo que con un tronco ancho y corto y un
caparazón que le sirve para proteger sus órganos internos.
Claro que vinieron del mar y
poblaron la tierra cuando se dieron las condiciones para sobrevivir. Por ello
existen tortugas de mar y de tierra. Las del mar por su alimentación son
omnívoras y las segundas, o sea las de tierra son herbívoras. Las de los
océanos salados comen corales, algas y medusas; las terrestres toda clase de
vegetales. Su habitad son los mares y lagos; mientras que las otras viven en
los desiertos, en las zonas boscosas y ahora en estanques para su reproducción
masiva.
Estos milenarios animales no
sólo tienen cabeza, patas y cola, sino que en los mares del continente asiático
pueden vivir hasta más de 100 años, y en la tierra hasta 70 años. Tienen una
excelente visión nocturna, detectan la luz en diversos grados, y ven a todo
color y no en blanco y negro como se suele afirmar. Como dato curioso, no se
encuentran rastros de tortugas cerca de los dos polos existentes y actualmente
se encuentran en estado de extinción, debido a la comercialización capitalista
y la contaminación de las aguas.
Su comportamiento llama la
atención de propios y extraños. Son muy solitarias y no necesitan compañía para
sobrevivir. Comen muy poco y pueden dejar de hacerlo hasta por meses. Pueden
también vivir en pareja o en grupos bastante pequeños, sobre todo cuando sirven
de exhibición en acuarios o en vitrinas familiares donde cumplen el rol de
mascotas. Como ya lo sabemos se reproducen por huevos que ellas mismas
fecundan. Son ahora tan importantes que los tortugos y las tortugas están
protegidas por los gobiernos y por grupos ambientalistas. Es tanta la devoción
que hay un “Día Mundial de las Tortugas”, así como el “Día Mexicano de la
Tortuga”.
Como en todas las cosas en
este mundo, hay tortugas que son altamente venenosas, pero eso es secundario o
irrelevante cuando los especialistas afirman que las tortugas ayudan a mantener
la salud de los lechos, pastos marinos y arrecifes. Pero algo importante es que
también ayudan a predecir las tormentas marinas. Pero lo cierto es que llaman
la atención por su tamaño, las hay gigantes en donde una persona puede subirse
en su caparazón y las hay diminutas. En sus colores, que es lo más bello, hay
una diversidad de tonos claros y obscuros, brillantes y opacas, y en sus
dibujos de caparazón ninguna es igual, son como una huella personal.
Las tortugas y tortugos se han
salido de sus aguas y tierras y se han metido en la mente de los escritores,
poetas, dibujantes, pintores, fotógrafos y artistas para incursionar en las
bellas artes. Aparecen casi siempre en revistas, periódicos, libros,
documentales, programas de televisión infantiles, etc. Alguna vez hemos leído
las aventuras entre una liebre y una tortuga, por citar un ejemplo de moraleja,
ejemplo de vida o entretenimiento visual. Es tan basto todo esto que hace poco
leí algo que me dejó verdaderamente sorprendido y con ello cierro mi plática:
Dicen, cuentan, comentan que
siempre han existido estudiosos de los caparazones de las tortugas. Según estos
seres pensantes de dichas artes obscuras, cada rectángulo irregular del
caparazón, guarda algo enigmático. Las tortugas de mar registran puntualmente
en cada inscripción, diversas historias pasadas sucedidas en las profundidades
de los feroces océanos marinos; y las tortugas terrestres, señalan en cada
dibujo las predicciones futuras del planeta tierra. Lo enigmático es que en
cada inscripción de esa concha de calcio aparecen siempre dos seres frágiles:
la mujer y el hombre.