Escuelas contra Hospitales
Escuelas contra Hospitales
El día de ayer inició formalmente el ciclo
escolar 2021-2022, en Veracruz, lo iniciaron poco más de 2 millones de alumnas
y alumnos, que serán atendidos por más de 135 mil docentes, lo curioso es que,
con base en datos del Secretario de Educación de Veracruz, regresaron a clases
presenciales solo 10 mil centros educativos, que representan el 42% del
universo de escuelas que existen en el Estado (dato al cierre del ciclo escolar
2020-2021), es decir, más de la mitad de escuelas continua con clases virtuales,
por decisión de los padres de familia, de los docentes o porque se carece de
las condiciones operativas para iniciar.
Otro dato importante, es que este ciclo
escolar inicia en semáforo naranja, tanto a nivel país (17 Estados) como en
Veracruz (169 municipios), lo que significa que tanto la mayoría de los Estados
y municipios veracruzanos se encuentran en riesgo alto. Las cifras lo
confirman, ya que Veracruz registra acumulados más de 102 mil casos confirmados
y lamentablemente más de 11,800 defunciones; tan solo este fin de semana, se
registraron 4,465 casos activos y 15 defunciones.
La pandemia que vivimos nos ha dejado muchas
enseñanzas en el sector salud – un sistema y una infraestructura rebasadas en
cuanto atención se refiere – ahora el inicio del ciclo escolar de forma presencial,
nos deja en evidencia lo precario de nuestro sistema educativo, ya que aunado a
la falta de infraestructura y equipo, se suma la falta de condiciones
sanitarias para encarar presencialmente las clases, ya que en general, docentes
y alumnos, no cuentan con las garantías mínimas que les certifiquen llevar a
cabo su actividad de forma segura y protegida.
Muy a pesar de que el Gobierno Federal cambió
su discurso, ya que hace unos meses atrás, consideraban que no existían las
condiciones para un regreso a clases presencial, no hasta que el semáforo
sanitario cambiara a verde; hace unas semanas el discurso cambió, y ya cercano
el inicio del ciclo escolar, emitieron el Decreto donde se consideraba la
educación presencial, una actividad esencial; sin embargo, esta premura y la
falta de acción, medidas y protocolos sanitarios en las escuelas, amplio el
ambiente de incertidumbre y abrió el debate sobre la decisión de regresar a
clases normales entre el Gobierno, docentes y padres de familia.
Desde luego que las clases presenciales
siguen siendo el mejor método para fortalecer los contenidos de las alumnas y
los alumnos; sin embargo, la salud de las personas es primero y lo prioritario
en la nueva agenda educativo-sanitaria, ya que no se quiere cambiar escuelas
por hospitales o salones de clase por camas.
Desde luego que las medidas sanitarias
llegaron para quedarse como un aspecto de nuestra vida cotidiana; la pandemia
ha cambiado nuestra forma de relacionarnos y de desarrollar nuestras actividades
diarias; pero más allá del debate si es correcto o no regresar a clases
presenciales, lo prioritario es generar las condiciones sanitarias adecuadas en
las escuelas, especialmente en aquellas que llevan un año cerradas y que actualmente,
no cuentan ni los elementos operativos necesarios para iniciar clases, ya que
desaparecieron cables, equipos digitales y hasta transformadores. Esto no es
nuevo, pero el Gobierno solo tomó la decisión de regresar a clases, sin llevar
a cabo un análisis de las condiciones particulares actuales de los centros
educativos.
Constitucionalmente, la población tiene
consagrado su derecho a la educación y a la salud, es responsabilidad del
Gobierno, con el compromiso de todas y todos, asumir con ética y disponer
profesionalmente las mejores condiciones sanitarias para que alumnas, alumnos,
personal docente y padres de familia, dispongan de la educación de calidad que
merecen, bajo las medidas indispensables de salud que les garanticen su cuidado
y protección absoluta. Con honestidad y compromiso, se debe simplemente hacer
lo correcto.