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Eso de los miedos es ancestral

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La otra versión:

Por René Sánchez García

Eso de los miedos es ancestral

I

 

Según los arqueólogos (no yo) hace siete millones de años en lo que es hoy África, apareció el chimpancé o animal más parecido al hombre. Después de una muy larga
y complicada evolución y por diferentes rutas, 

ese animal que habitaba las virginales selvas llegó a convertirse en lo que actualmente conocemos como Homo sapiens. Este último gracias a que logró desarrollar un cerebro espectacular, desarrolló complejas herramientas con sus manos, logró un lenguaje complejo, aprendió a convivir en colectivo y hoy, en éste preciso momento tú y yo, así como todos los demás hombres y mujeres nos encontramos aquí, en una especie de loca aventura, habitando nuestro planeta tierra y este viaje sigue y sigue, sin saber el momento en que vaya a ocurrir otro nuevo y diferente paso evolutivo.

Los últimos estudios científicos realizados revelan que los humanos de hoy en día tenemos el 98.4% del ADN de los primeros hombres y mujeres que habitaron el planeta. Sólo que nuestro cerebro, después de una larga y compleja evolución, es mucho más superior que la de nuestros primeros ancestros, gracias a la tecnología que hemos venido creando. Las migraciones de las primeras congregaciones humanas se dieron gracias a los sucesivos problemas del clima en esa región africana, que a espíritus aventureros por conocer otros lugares. Así que, la primera gran dificultad vencida y que duró miles de años, fue la de llegar a lugares más propicios para seguir desarrollándose en todos los aspectos. Es casi seguro que la vista y oído fueron los motivantes, después el hecho de caminar erguido y utilizar las manos.

La creación de la tecnología de punta se inició en lo que se conoce como la Edad de Piedra, continuó durante la Edad de los metales, hasta llegar a la actual Edad de las Máquinas. Según los conocedores del tema, el control del fuego y la luz que este genera produjeron cambios claves en la evolución cultural y el comportamiento social de los humanos. Si bien la alimentación vegetariana fue fundamental para desarrollar un cerebro complejo, igual junto con el lenguaje propiciaron cambios complejos de tipo social. La habilidad mental y la destreza manual dieron como resultado la terminación nómada y fue el inicio de los asentamientos. Ya en grupo nacieron las ideologías, o sea los pensamientos personales o comunitarios y con ello el rendir culto a los elementos naturales con los cuales convivían a diario. Es allí donde podemos quizá encontrar los orígenes mentales de los miedos, temores, angustias, desesperaciones, terrores, etc. Miedo a todo aquello que no podían evitar, controlar, cambiar su curso, solucionar, calmar, modificar, o simple y sencillamente explicarse el qué, cómo, cuándo, dónde, porqué y para qué de los fenómenos naturales y sociales que ocurrían a menudo en su entorno. (Continuará)

sagare32@outlook.com