DestacadoPedro Peñaloza

¿Este arroz ya se coció?

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Pedro Peñaloza

“Nada hay más terrible que una ignorancia activa”.

Goethe

 

  1. El lenguaje de la intolerancia. El proceso electoral marcha con las contradicciones normales. Elegir siempre provoca disonancias y consonancias. Las elecciones en México pasaron, con sus matices, del aplastamiento a los pequeños sectores opositores por parte del partido único a la simulación de un cambio real. Las clases políticas transitaron por diversas formas de dominación: el ya veterano partido tricolor se convirtió en el eje vertebral de los retrocesos y los cambios institucionales. En el PRI cabían todos, campesinos, obreros, soldados, empresarios, latifundistas y hasta todo tipo de vivales. Ese instrumento multiclasista sufrió un proceso de desgaste creciente que provocó escisiones por quienes fueron marginados de la repartición del poder, aunque hayan anunciado que lo hicieron por “razones políticas”. Hoy vivimos una reproducción de esa recomposición de hijos de la matriz tricolor. El nuevo adalid de ADN priista convoca e invoca a un cambio de régimen. Su programa y discursos añoran por volver a los viejos métodos de reproducción ideológica del Estado y de un presidencialismo con renovadas facultades metaconstitucionales. La orfandad de una izquierda coherente y de masas dejó el espacio libre para que el viejo nacionalismo lo ocupara.

    Cartón de Negrete

 

  1. Las encuestas como brújulas. De manera constante y hasta apabullante el candidato dueño de MORENA ha mantenido cifras que lo colocan como el preferido de las consultas múltiples. Irónicamente, no hace mucho AMLO sostenía que las encuestas que no lo favorecían estaban “maiceadas”. Ahora, las presume como verdades irrefutables y son el punto de atracción para que todo un ejército de oportunistas, mercaderes y cirujanos del presupuesto “descubran” que el tabasqueño representa la síntesis de la salvación nacional. Es indudable que una parte significativa de la población ha decidido seguir al ex jefe del gobierno y eventualmente votar por él a partir de una irritación social justificada y extendida. Este crecimiento estadístico y real coloca la seria posibilidad de que un nacionalista/echeverrista ocupe la silla presidencial, lo cual significaría que nos veamos envueltos en políticas públicas con serio olor a naftalina, ineficaces, momentáneas y de coyuntura, todas decididas personalmente por el tabasqueño.

 

Epilogo. Varias preguntas debemos tratar de dilucidar: ¿la clase política dominante ya aceptó respetar el eventual triunfo de AMLO?, y si ya lo asumió, ¿qué negociación existe para un tránsito pactado? Ahora bien, si no han decidido la táctica a seguir: ¿qué harán? ¿Tienen la fuerza para evitar el posible triunfo del tabasqueño? ¿La alta burguesía aceptará sin chistar la victoria del tabasqueño? ¿Le tienen preparado un misil político o algo más? Pronto lo sabremos.

pedropenaloza@yahoo.com   Twitter: @pedro_penaloz

 

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