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Esther sin h, el cortometraje

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Esther sin h, el cortometraje

Por René Sánchez García

El pasado lunes 8 de marzo, en punto de las 22 horas, a través del canal oficial de TeleUnam, se llevó a cabo el estreno del cortometraje titulado Esther sin h, diario de una madre mutilada, realizada y dirigida por Alejandra Islas, profesora de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Dicho film se proyectó para conmemorar del Día Internacional de la Mujer. Se trata de un sentido y desgarrador relato que protagoniza la escritora jalapeña Esther Hernández Palacios Mirón, “para quien la palabra es la única manera de vencer el olvido y la escritura el puente que le permitió conectarse con la vida, tras el asesinato de su hija Méndez”, en el año de 2010, en pleno centro de la ciudad capital veracruzana.

Este cortometraje de un poco más de una hora de duración y que fue filmado en algunas locaciones de Xalapa, Coatepec, Veracruz y la Ciudad de México, está basado en el contenido del libro México 2010, Diario de una madre mutilada, que escribiera y publicara la Maestra Esther Hernández Palacios, algunos meses después de sufrir esta terrible pérdida familiar. Debo citar que el libro obtuvo el Premio Bellas Artes de Testimonio Carlos Montemayor. Dicho cortometraje fue apoyado por TvUnam, Ave de Paso Films, Universidad Veracruzana, con el auspicio del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA). “Es un documental amoroso que indaga en un terreno casi siempre vedado cómo es la familia y el hogar donde los integrantes se duelen de la pérdida y sobreviven una condición humana trastocada”.

Hemos de recordar que Irene Méndez y su esposo Fouad Hakim Santiesteban, fueron brutalmente secuestrados y asesinados en Xalapa el año de 2010, cuando Veracruz era gobernado por el Licenciado Fidel Herrera Beltrán y la nación se encontraba abatida por una ola de crímenes, desapariciones y secuestros. En dicho documental podemos comprobar como la madre de Irene se unió y participó en diversos colectivos locales, estatales y nacionales que apoyaban a las madres y a las familias de las víctimas. Y encontramos la fórmula que empleó dicha madre mutilada para aliviar un poco ese dolor que aún no sana: leer sobre la problemática nacional, escribir un diario sobre el acontecer y sus sentimientos, recurrir al arte y sobre todo a la poesía.

Los comentarios y reflexiones vertidas, esa noche, por parte de los invitados a la presentación de dicho film, no son otra cosa que la invitación a leer el libro y a admirar el cortometraje, que sin duda alguna “refleja el dolor de muchas otras mujeres que han perdido a sus hijos por la atroz violencia que se vive en México. Esther logra salir adelante, sin embargo, no queda incólume y, como símbolo de memoria y protesta, elimina la “h” de su nombre”.