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Evo: claroscuros

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Por Pedro Peñaloza

“El mundo es una escena; la vida una transición.

Venimos, vemos y partimos”.

Demócrito

  1. Aciertos. Un indio, de nombre Juan Evo Morales Ayma, que nació el 26 de octubre de 1959, en el seno de una familia humilde de Orinca, en Oruro, consiguió: reducir la pobreza casi a la mitad, al pasar de 60 a 34 por ciento, según cálculos del Banco Mundial; la expulsión de empresas extranjeras que maniataban los poderes estatales. En 2009, Evo promulgó una nueva Constitución que trajo autonomía para 36 pueblos indígenas que, por primera vez, tuvieron representación y garantizó los derechos a poblaciones minoritarias y marginadas en ese país, es decir, un universo poblacional de casi 11 millones de habitantes (La Jornada,12/11/19, p.8). Además, lo importante, el índice de Gini se mantuvo mejor que en varios países de la región, incluido México.
  2. Errores.Ahora bien, los loables cambios sociales que lograron los sucesivos gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS) no pudieron modificar la morfología del ejército y la policía, no obstante, las concesiones económicas que se les otorgó a las fuerzas armadas. Paradójicamente, fue el general Williams Kaliman el que lanzó la “sugerencia” de que Morales renunciara. Fue éste personaje quien, al asumir su cargo, en diciembre de 2018, se declaró, “soldado del proceso de cambio”. (El país, 12/11/19, p.4).

Una pregunta clave, ¿por qué razón Evo buscó un cuarto periodo? Máxime que, en un referéndum en 2016, la población ya se había pronunciado en contra de la reelección. Sin olvidar, que ya no contaba con el apoyo total de sus bases, entre ellas, la Central Obrera Boliviana, quien también le pidió que dimitiera. Su rico legado le hubiera permitido trascender como un líder regional. Esa sed de mantenerse en el poder, sin analizar el contexto, es una variable importante para los necesarios balances. Claro, la cultura de la izquierda iluminista y cuaudillezca es incapaz de asumir autocríticamente su desempeño con la coartada de “no hacerle el juego al enemigo”.

  1. Costos.Para Trump y las derechas regionales fue un manjar la caída de Evo, por la disputa de la geografía política de América Latina. Ahora, sin ningún liderazgo en el país y bajo una lucha intestina entre facciones, una integrante del segmento confesional es la nueva presidenta de Bolivia. El peor de los mundos.

Por otro lado, la ausencia de una cabeza que cohesione, puede confrontar aún más las posturas. Con la caída de Evo, el tablero político se moverá, seguramente, hacia la radicalización de las posturas de la región. Veremos. En tanto, AMLO y Morales se usan momentáneamente.

pedropenaloza@yahoo.com/Twitter:@pedro_penaloz

 

 

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