El Valor de Nuestra Gente

Filosofía para la acción

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Linda Rubi Martínez Díaz

 

Hola amigos lectores, les saludo con el cariño de siempre. Preocupados por la calidad educativa que implica un mejoramiento de las condiciones sociales, muchos ciudadanos han emprendido estrategias para mejorar la adquisición de conocimientos y habilidades en los infantes, los cuales tienen las condiciones ideales para aprender con mayor eficacia precisamente porque son sujetos de formación. Quienes ya somos adultos, en teoría, somos personas totalmente formadas y no sólo informadas; aunque esto no implica que ya seamos personas completas. Pues el proceso de educación que todos tenemos es interminable, pues siempre estamos abiertos a nuevas formas de comprensión del mundo.

Sin embargo, los niños son el grupo objetivo que debemos tomar en cuenta para mejorar las condiciones sociales, sobre todo porque está probado que la formación durante los primeros años es esencial para los ciudadanos de bien. Muchas personas que no han tenido la fortuna de estudiar cuando niños, no tienen las herramientas suficientes con las cuales poder discernir entre el bien y el mal, lo legal de lo ilegal, y sobre todo, de construir para mejorar y proteger a otros. De alguna manera son víctimas de las circunstancias y de un sistema que no ha logrado colmar sus necesidades básicas de formación.

En este sentido, me parece apremiante pensar en estrategias a largo plazo y no sólo paliativas, las cuales solo son soluciones aparentes. Creo que ha resultado atinado, por ejemplo, el retorno de la filosofía en los programas de estudio de los bachilleratos, pues ésta no sólo informa sino que forma, da perspectiva, carácter y actitud en nuestros comportamientos y decisiones. Y no sólo lo digo por licenciarme en esta desafiante disciplina (pues cada quien desde su trinchera, puede considerar su formación como prioritaria), sino porque crea

personas críticas con su entorno, dispuestas a construir propuestas, a crear nuevas salidas a los desafíos sociales,

Pero, ¿qué es lo que más necesitamos para los tiempos que se avecinan? La mitad del camino es una educación formadora de personas críticas, y la otra parte es que además, sean proactivas. La filosofía (en algunas corrientes de corte social y política) ha cumplido con ambas tareas, por ello, creo que es peligroso reducirla a ser mera teoría, o a catalogarla como un compendio de historia que sólo nos muestra lo que otros pensaban en otros contextos.

El movimiento ilustrado, las revoluciones socialistas, la independencia de las colonias, e incluso la creación de estados nacionales a partir de modelos racionales, no sólo han sido parte de un movimiento histórico sino que fueron pensados y forjados por gente que quería un cambio, que criticó un sistema anterior y propugnó por crear alternativas. Estos cambios sociales tuvieron su etapa de gestación como una crítica al status quo, como una problematización teórica, y así lograron proponer algo diferente. Voltaire, el Barón de Montesquieu, Marx, Hidalgo y Morelos, son parte de esos héroes filósofos, a quienes su espíritu crítico los llevó a ver el mundo con ojos diferentes.

Las nuevas generaciones deben valorar esta tradición filosófica, no sólo por su contenido sino porque insta a la acción. Por ello, celebro que se esté revalorando a la filosofía en los planes de estudio, y esperemos que genere ciudadanos comprometidos con su futuro.

Mis felicitaciones a mis condiscípulos, amigos y maestros de carrera, porque el pasado 21 de noviembre fue el Día Internacional de la Filosofía. Nos leemos la próxima, que Dios los bendiga.

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