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Fortaleza mental

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Diván deportivo

Fortaleza mental


Con motivo de los actuales Juegos Olímpicos en Tokio y los diversos sucesos que se han presentado en las
competencias, nos acercamos a los psicólogos del deporte, Msc. Juan Ramón Alvaredo Rodríguez, actualmente trabaja con seleccionados nacionales y olímpicos de clavados, además del equipo de judo varonil de la selección mexicana y un equipo de paranatación, y
Msc. Mercedes A. Soria Sánchez, conocedores de todos los niveles de la estructura deportiva nacional en la parte competitiva en campeonatos del mundo y juegos olímpicos. Como resultado de las charlas, preparamos una serie de artículos sobre la importancia del entrenamiento mental. Las primeras cuatro entregas serán una aproximación a la Fortaleza mental, Estado mental óptimo, Ansiedad en el atleta e Inteligencia emocional. Esperamos seguir contando con sus aportaciones para orientar a los atletas, entrenadores y padres de familia.

Los atletas siempre están en nuestro rededor (sobre todo ahora con los Juegos Olímpicos), los vemos en
noticias, los seguimos en sus competencias, admiramos sus habilidades, incluso los llegamos a adorar como ídolos, como modelos a seguir; consumimos sus productos, imitamos sus estilos (tanto de juego como de vida), nos inspiran a enfrentar las adversidades dando todo de nosotros, así como ellos dan todo de sí en las competencias, pero ¿qué significa ser un atleta? Más aún ¿qué significa ser un atleta de alto rendimiento?

Significa entregar tu vida a la disciplina y régimen necesario para alcanzar el máximo y óptimo rendimiento
en el deporte que practiquen, esto implica seguir una dieta especializada, un régimen de entrenamiento personalizado, constantes visitas a médicos especialistas y someterse a pruebas que permitan medir los resultados de su entrenamiento y los alcances de sus capacidades.

Sin embargo, el atleta de alto rendimiento no entrena únicamente su cuerpo físico, su mente también es sometida a grandes presiones mentales, la más obvia es la presión por ganar las competencias y hacer valer todo el esfuerzo que ha puesto en la construcción de su cuerpo, pero también tiene que cargar con las expectativas que han depositado en él sus entrenadores, sus familiares y sus admiradores; si son elegidos para representar a su país en competencias internacionales, se le agrega la inmensa carga de saber que del resultado de su desempeño depende el enorgullecer o el avergonzar y decepcionar a todo una nación. Por eso, también deben someter su mente a un entrenamiento que les permita entregar su máximo rendimiento sin que toda esa carga y presión psicológica afecte su desempeño.

Uno de los principales aspectos que deben trabajar es la fortaleza mental, esta consiste en desarrollar la capacidad de entregar lo más valioso de ti mismo en cualquier situación, sin importar el resultado final. Aquí se juntan otros aspectos que el atleta debe trabajar constantemente para ofrecer un desempeño que puede estar por encima de su talento o la media de los resultados registrados en sus entrenamientos, algunos de estos aspectos son la autoestima, la autoconfianza, la resiliencia, control emocional, manejo de pensamientos, personalidad resistente, motivación, voluntad, entre otras.

Si hay debilidad en alguno de estos aspectos, puede afectar la fortaleza mental del atleta y, por ende, su rendimiento. Algunos de los factores que pueden afectar la fortaleza mental pueden ser lesiones, fracasos o derrotas, bajos rendimientos, falta de estimulación o motivación o una actitud pobre, por mencionar unos cuantos.

Ya que la fuerza mental es fundamental para alcanzar el máximo rendimiento posible en un atleta, es primordial que ésta crezca y se mantenga consistentemente tanto en la preparación como en la competencia, incluso en la vida cotidiana.

Quizás sólo algunos puedan llegar a ser atletas de alto rendimiento, pero para el resto de nosotros, “simples mortales”, la fortaleza mental es un aspecto de la vida del atleta que podemos compartir y desarrollar en nuestro día a día para entregar nuestro máximo desempeño, no sólo cuando salimos a echar la reta, sino también en nuestro trabajo, en nuestras relaciones, en nuestros proyectos, en nuestra vida en general. Para lograrlo, aquí hay algunos tips para comenzar:

·         Comienza por tomar conciencia de ti mismo y autoevaluarte. Puedes hacer una lista de tus fortalezas y debilidades en los distintos aspectos de tu vida. A veces puede ser difícil observar nuestras propias virtudes, por lo que te puedes apoyar de alguien con quien tengas confianza para que te ayude a ver tus fortalezas. Recuerda que autoevaluarte no significa juzgarte, no seas muy severo contigo mismo.

·         No le des mucha importancia a los resultados parciales o totales, enfócate más en tus metas y objetivos. Las cosas no siempre van a salir como lo planeamos o como lo esperamos, no te desanimes si no ves los resultados que esperabas. Si te mantienes enfocado en tus metas, siempre encontrarás una manera de hacer los ajustes necesarios para obtener los mejores resultados al final.

·         Dale el valor que se merecen a tus errores y trabaja tu resiliencia. No te martirices si fracasas, darle la atención debida a cada error y ser resiliente te permitirá rectificar tu camino y fortalecerte cada vez más.

·         Visualízate. Imaginarte realizando lo que vas a hacer activa las mismas áreas en el cerebro como si ya estuvieras haciéndolo, esto te permite predisponerte y estar listo para el momento de actuar.

·         Crea una rutina para aislarte y concentrarte. Se trata de desarrollar una especie de ritual que te permita activar ese estado de concentración, puede ser respira hondo tres veces, dar un par de palmadas, repetir una frase o combinar varias acciones. La idea es que, cada vez que hagas esa rutina, puedas entrar en un estado de concentración.

·         Potencializa tus pensamientos positivos. Para esto ayuda recordar y celebrar tus éxitos o cosas de las que te sientas orgulloso, sobre todo si notas que te estas enfocando demasiado en errores pasados o fracasos.

·         No te olvides de las personas que te rodean. Tener presente a tus amigos y familiares te puede ayudar a encontrar inspiración y motivación para seguir adelante, ellos son un factor importante que completa y complementa tu fortaleza mental.

Recuerda que el desarrollo de tu fortaleza mental se ve directamente afectada por tu actitud, tu perseverancia, tu voluntad, tu consistencia y tu resiliencia. Mantente atento y nunca dejes de trabajar en ti mismo.