Pedro Peñaloza

Golpe en la mesa

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Pedro Peñaloza

“La esperanza es el peor de los males,

pues prolonga el tormento del hombre”.

 Friedrich Nietzsche

  1. No soy florero. AMLO se dejó sentir, nos informó y actuó para recordarnos que no es una pieza de ornato. ¡Caramba! Prepárense terrícolas incautos, fieles y feligreses, ya llegó un presidente y no un gerente.

Por ello, puede mentir y decir que el gobierno francés avaló un dictamen para el posible aeropuerto en Santa Lucía. Además, el exjefe de gobierno se atrevió a decir que ya se preparaba un nuevo Santa Fe en las 600 hectáreas donde está ubicado el actual aeropuerto Benito Juárez y no muestra una sola evidencia de ello. Evidentemente lo puede hacer, puesto que, tiene, dice él, “autoridad política y moral”; agreguemos, que su poder es extraterrenal. ¿Quién planeaba hacer un “Santa Fe” en esos amplios terrenos del aeropuerto de la CDMX? No importa, es la palabra del señor presidente electo. Con eso basta. Faltaba más.

  1. Economía y política a debate. El exestudiante de Ciencias Políticas de la UNAM se lanza a declarar que ha llegado la hora de “separar la economía de la política”. Muy bien, quizá leyó a Weber e intenta resinificar el perfil del político mexicano. Lo dice con vehemencia y hasta pasión. Sin embargo, sus resortes ideológicos son primitivos y vernáculos. Ignora la función primigenia del Estado, que es proteger con todos los medios la propiedad privada y, se abstrae de su nuevo papel en las coordenadas del capitalismo financiero. Sus desplantes verbales, retóricos e histriónicos se quedan en eso.

El nacionalismo tardío con que baña su equipaje ideológico no le permite comprender que los botones de la economía globalizada aplastan y someten a las políticas y a los políticos locales. Su golpe a los inversionistas del NAIM resultará superficial, al menos que el presidente electo sufra una trasformación radical y se enfrente en serio a las minorías capitalistas que dominan el país, lo cual es de dudarse. Así las cosas, su discurso triunfante que le proporcionaron los resultados de su pírrica consulta, pueden quedarse simplemente como un episodio anecdótico que no vaya más allá de un efímero golpe en la mesa.

Epílogo. AMLO enfrenta a los empresarios, pero no es suicida, por ello, manda a tres de sus empleados a “serenar las aguas”; a ofrecerles nuevos negocios, como entregarles, sin licitación, contratos para el nuevo aeropuerto en Santa Lucía, entre otras cosas que resarzan el daño. Así se las gasta el próximo presidente que tendrá un enorme poder, pero que quizá se le vaya como agua entre las manos.

pedropenaloza@yahoo.com @pedro_penaloz

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