GORDOFOBIA
GORDOFOBIA
Brenda Caballero
Números Rojos
En primaria, recuerdo tener a un compañero gordo, pero también tenía un compañero flaco, uno muy alto y varios de baja estatura. También había con nariz prominente y otros con orejas grandes; güeros y morenos. Éramos una población con rasgos y características físicas diversas. Recuerdo que hasta los apodos que ensalzaban esas “cualidades” estaban a la orden del día.
Llegabas a casa y la televisión tenía la novela del momento, para niñas y niños: Carrusel, donde había también personajes gordos, flacos, morenos, güeros, etcétera.
De la que se salvó la novela de 1989, pues hoy en día aparte de que hubiera sido tachada como una novela llena de bullying, los estudiantes de la escuela Mundial serían totalmente racistas y hasta la maestra Jimena sería denunciada por “permitir esas conductas” entre sus alumnos, sin hacer algo al respecto.
Si bien el bullying es un problema creciente en nuestra sociedad, pues está comprobado que la violencia reiterativa hacia cualquier persona puede lastimarla e incluso llevarla a la muerte, también es cierto es que a veces caemos en una forma de d iscriminación y violencia cuando pretendemos erradicarla.
Ejemplo de ello es la iniciativa presentada por el morenista Nazario Norberto Sánchez al Congreso de la Ciudad de México que quiere reformar la Ley para Prevenir y Eliminar la discriminación de aquella ciudad a fin de reconocer el término Gordofobia o Bodysheiming y para ello pone de ejemplo a una compañera senadora que según su versión, es violentada por su obesidad por otra senadora, aunque de oposición. ¡Plop!
Aparte de revictimizar a las legisladoras con sus ejemplos, el legislador bien debería de exigir que las leyes que ya están vigentes se apliquen, pues su propuesta se torna más con tintes políticos.
Si llegara a aprobarse en la Ciudad de México, no me imagino, por ejemplo, qué pasaría con aquellas parejas de casados que se dicen públicamente “gordito” o “gordita”, ¿se estarían violentando?; o la expresión común de “me caes gordo”, pues con esa iniciativa sería considerada hasta una amenaza.
Ahora bien, ¿es realmente necesaria esa iniciativa cuando México es un país donde poco más del 70 por ciento de la población tiene sobrepeso u obesidad, ocupando el quinto lugar en Obesidad en el Mundo?
Más que pensar en seguir dividiendo, bien valdría la pena implementar las acciones y políticas de los japoneses que tienen un 3.5 por ciento de obesidad en su población adulta. A ellos les ha funcionado la educación en el consumo de comida saludable, el hacer ejercicio en los tiempos de descanso que tienen los trabajadores, manteniendo con ello a raya el sobrepeso.
Pero bueno, siempre es más fácil castigar que transformar.
Y usted ¿cree que es urgente una iniciativa para sancionar la discriminación que sufren las personas obesas?
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