El Valor de Nuestra Gente

Homenaje a la maestra Xóchitl Díaz Aduna

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Linda Rubi Martínez Díaz

 

Hola amigos lectores, les saludo con el cariño de siempre. Quiero aprovechar este espacio para hablar del homenaje que le realizaron a la maestra Xóchitl Díaz Aduna, mi madre, y quien recientemente se jubiló después de 34 años de una larga carrera de servicio docente, sirviendo a la comunidad de San Marcos de León. Como muchas profesiones, el ser maestro acarrea no solo responsabilidades consigo mismos sino con la gente, sobre todo con los niños que representarán a los ciudadanos de las generaciones siguientes. Aun cuando esta profesión ya no es tan valorada como en otros tiempos, lo cierto es que si los niños carecieran de una formación integral básica, nuestra sociedad no tendría un trasfondo sólido bajo el cual aspirar a una mejor vida, conocer la historia y a quienes les debemos parte de nuestra existencia, así como tampoco resolver problemas mayores que involucran a sus integrantes.

            Los maestros sacrifican tiempo incluso de su familia. A veces nosotros como hijos no comprendíamos que ella no asistiera a nuestros homenajes y festivales, pero al mismo tiempo muchos maestros están realizando lo suyo. Ahora es cuando ya me doy cuenta cuanto tiempo dedicó por un trabajo que amó.

            Quiero también agradecer a los maestros, personal administrativo y directivo, a los padres de familia y alumnos, de la Escuela Primaria “Dr. Eduardo R. Coronel” en San Marcos de León, quienes tuvieron la iniciativa de realizarle este homenaje por su servicio de más de 20 años en dicha escuela. Felicito también a los niños quienes participaron con declamaciones, cantos y bailables. Pienso que es valioso el reconocer en vida a quien se debe a su profesión, pues gracias a ello le permitió apoyarme a mí y a mis hermanos para salir adelante. Y en este sentido, creo que esto debería hacerse con mayor frecuencia en cualquier profesión en general, sobre todo a quienes han ofrecido parte de su vida al servicio de los demás.

            Nos leemos la próxima, que Dios los bendiga.

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