¿Imposible?
¿Imposible?
LEntre Columnas
Martín Quitano Martínez
twitter: @mquim1962
No hay obstáculos imposibles; hay voluntades más fuertes
y más débiles, ¡eso es todo!
Julio Verne.
Se ahonda la tendencia
dominante de la polarización, la que genera dos bandos irreconciliables, los
que odian al presidente y los que lo aman. En estos momentos pareciera que es
más importante encontrar las diferencias que las coincidencias, generar un
ambiente enrarecido para sabotear las posibilidades del encuentro. Ningún
antagonista concede validez a ninguna de las propuestas del otro. La consigna
de los extremos es obedecer sin quejarse, porque disentir –en cualquiera de los
bandos o fuera de ellos-, te hace enemigo, malo, indeseable, traidor a la
patria.
Son los tiempos de reduccionismos
que fomentan la sinrazón, la nula reflexión, donde la intolerancia es un valor
que construye incondicionales guardias de la verdad indiscutible. Ufanos unos del dominio que ejercen sobre
amplios sectores, reivindican el desencuentro, el nulificar al adversario; en
ellos, en cualquiera de los frentes extremos tan solo se puede encontrar la posibilidad
de terminar con el que opine distinto, tenga o no la razón.
La apuesta es cual bando puede
calificar y descalificar mejor. Fuera razones, la necedad es la fuerza del ánimo,
es romper con la tolerancia, es no poner la otra mejilla, el incendio es el
final frente a la diferencia. Ambos bandos degradados en los prejuicios, en la obcecación
para no escuchar o para tan solo oír lo que se quiere, la ceguera como baluarte
para no mirarse en las oportunidades de coincidir, caminar dando tumbos en una
oscuridad asumida en el campo minado de las confrontaciones.
¿Realmente la vida nacional no
tiene más que el triunfo de denigrar la riqueza de las diferencias de pensar
que han sido parte de una conquista democrática que se forjo sobre la base de reconocernos
en la necesidad de trascender el modelo autoritario que cancelaba la pluralidad
y perseguía las razones?
Es el hoy tan solo el momento
que cancela las posibilidades de construir una sociedad en la pluralidad, que
sea más justa, de mayor bienestar para todos, que atienda los reclamos contra
la pobreza, la desigualdad, la inseguridad, la violencia, la corrupción y la
impunidad, donde se garantice la libertad de expresión y se brinden las
condiciones para poner en la mesa la construcción de un modelo sustentable que
se contraponga al esquema depredador que nos ha conducido a nuestras actuales
penurias y que sigue reproduciéndose?
Es urgente hacer mucho más de
lo que actualmente domina en el escenario público y social. Ningún bando, y
peor en los extremos, puede solo enfrentar los retos que debemos vencer como
sociedad. La intransigencia no es el camino ni el método para construir
puentes, para conjuntar esfuerzos, entender que hay que anteponer y fortalecer
las coincidencias por mínimas que sean. Caminamos hacia el vacío y seguir así
no abrirá las rutas. Hagamos lo imposible.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
El
Cisne: otro botón del poder fidelista en el partido Verde, aliado con Morena.
¿Se imagina la transformación?