Pedro Peñaloza

INTERVENCIONISMO O MIEDO COLECTIVO

Comparte

  La violencia no deja de tener cierto parentesco con el miedo

Arturo Graf.

1. Michoacán: territorio intervenido. Las peripecias que han tenido que realizar, en distintos momentos, el presidente Peña Nieto, el vicepresidente Osorio Chong y el comisionado Alfredo Castillo, en tierras tarascas, son dignas de una novelallena de mixturas: terror y surrealismo. Las semanas transcurridas del asalto a dicha entidad, son la muestra palmaria del abuso de un poder centralista y deseoso de aplausos y reconocimientos.

Claro, no hay ingenuidad ni ocurrencia en el desplazamiento de fuerzas federales por dichos rumbos;el joven imberbe y su equipo compacto saben, y les informan a detalle, que la red de complicidades y acuerdos recíprocos entre gobernantes e integrantes de los «Caballeros Templarios», representaban un riesgo creciente, no solo coyuntural, sino en la perspectiva de las elecciones estatales del próximo año. Las cartas estaban echadas y era necesario que inventaran alguna figura que atropellara y pisara a los poderes locales. El intervencionismo como recurso salvador se vistió comoadalides bienhechores y hacedores de milagros.

2. La fractura del contractualismo tardío y la descomposición incontrolada. La enseñanza inicial y pedagógica está a la vista. En Michoacán y en el país, el Estado prometido por Rousseau y camaradas contractualistas, hizo agua hace mucho. El acuerdo entre gobernantes y gobernados en el trueque (inaceptable) de libertad por seguridad, fue incumplido: ni seguridad, ni libertad proporcionó un Estado más preocupado por garantizar que los dueños del dinerollenen sus bolsillos y sus chequeras. La burguesía nacientemente revolucionaría quedó atrás; ahora, lo urgente e inmediato es un Estado policía, donde la fuerza de las armas sustituye la fuerza de la equidad de un Estado de bienestar. Claro, se pueden repartir golosinas y serpentinas para eclipsar la verdadera función de la clase gobernante, por eso, se anunció un paquete económico para endulzar la intervención férrea y autoritaria del «salvador», que viene del centro del país para rescatar a unos pusilánimes terrícolas controlados por una banda de fanáticos vinculados al modus operandi de la delincuencia organizada.

3. Policías y soldados: un binomio aleccionador y de laboratorio. El mensaje no deja lugar a dudas, el inquilino de Los Pinos y su vicepresidente en Bucareli, tienen la convicción de que el modelo «peñista» tiene que imponerse «a como dé lugar». Estamos hablando de las iniciativas económicas y los procesos de control  y sujeciónde los movimientos sociales. Michoacán es una prueba piloto para recuperar a plenitud el presidencialismo autoritario y metaconstitucional. El ejemplo cercano ya se hizo en el Edomex: un gobernador torpe e ignorante fue sustituido por un enviado de las confianzas de Osorio, operando desde la Secretaría de Seguridad Ciudadana. Quizá, Ávila salga del Palacio de Toluca para dar paso a un representante de la alcurnia de Los Pinos.

4. Radicalizados, irritados, pero desmovilizados. En las elites de la clase dominante se sabe que el panorama económico y social que se avecinano será nada gratificante. El país está atravesado por múltiples problemas de carácter sistémico que no van a ser resueltos por el grupo en el poder. El viejo Marx decía, en un desplante agitador, que «los proletarios solo podían perder las cadenas que los oprimían».La ironía, la brutal ironía, es que hoy las mayorías desposeídas y precarizadas están aterrorizados por el miedo al garrote y al desempleo.¡Qué país! miseria creciente y parálisis colectiva.

pedropenaloza@yahoo.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *