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JOJO RABBIT

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 TAIKA WAITITI, 2019

Por: Manuel Duran

Es difícil pensar en una manera, políticamente correcta, de realizar una comedia ambientada en la segunda guerra mundial. Un ambiente tan violento y tenso parecía el menos adecuado para hacer algo que no fuera un drama triste y mortífero; sin embargo, Taika Waititi se las arregló para entregarnos una comedia que conecta de manera increíble con la audiencia, sin dejar de lado los atributos horribles de la guerra, ni burlarse de ellos.

Jojo Rabbit cuenta la historia de Johannes, un pequeño niño nazi, fanático de Hitler, voluntario de campamentos militares y que sueña con formar parte de la guardia personal del líder nazi. Es tan fanático que Hitler es su amigo imaginario. Sin embargo, un incidente con armas de guerra le impide tener control de sus piernas al cien por ciento, por lo que tiene que renunciar a su sueño militar, cuando esto sucede el pequeño busca más maneras de ayudar al régimen, pero sus tareas son tan poco exigentes que termina pasando mucho tiempo en casa, aquí es cuando descubre que su mamá está escondiendo a una joven judía dentro de su casa.

Si resumimos de manera sencilla la trama de la historia, esto lo hemos visto ya antes “Niño alemán interactúa con judíos”, o más simple aún, “Niño en alemania nazi”. Hemos visto una enorme cantidad de películas dedicadas a este horrible periodo en la historia, muchas incluyendo niños con inocencia pura que nos hacen ver que para ellos no hay diferencia, niños que no saben qué está pasando y disfrutan la vida aún así. Este no es el caso. Waititi nos pone en la perspectiva de un niño nazi que odia a los judíos y ama al régimen.

Si bien la idea es una idea realizada, lo que hace a esta película diferente es la perspectiva, Taika Waititi se atrevió a poner a la audiencia desde un ángulo en que lo que vea le pueda dar risa. Esto no significa que te vas a reír de gente siendo disparada, no se vuelve cómico ver muerte ni la búsqueda por la libertad, eso es lo mejor de esta pieza.

Claramente para poder empezar a reírnos de algo tan horrendo tenemos que estar del lado privilegiado, por lo que siempre seguimos a Jojo, el niño nazi, y nos vamos adentrando poco a poco en el mundo de la opresión y persecución al mismo tiempo que él lo hace. Así mismo vemos cómo descubre las razones para resistir, cómo borra la línea de separación y la pureza de quien ayuda al necesitado.

Esta pieza es una comedia ejemplar, a mis ojos, porque se atreve a reírse de cosas que son impensables para ser cómicas, sin embargo, los momentos de tensión son tensos, los tristes son muy tristes y los esperanzadores son alegría pura. Bien escrita, con una cinematografía colorida y estética, Taika Waititi nos dio el primer clásico cómico de la segunda guerra mundial.

Imagen: Rocket the best music

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