José Yunes: reflejo de una esperanza para Veracruz
Linda Rubi Martínez Díaz
Hola amigos lectores, les saludo con el cariño de siempre. Como ya hemos mencionado en anteriores columnas, la calidad de la política ha caído no sólo en el ámbito local sino hasta el internacional. Los diversos poderes fácticos parecen oprimir y condicionar el poder de quienes defienden los intereses de la mayoría, lo cual deviene en conflictos sociales, pérdida de valores, problemas de orientación personal e incluso de propósito común.
Unos cuantos se han alzado sobre los demás para determinar la agenda pública, y de ellos, buena parte se concentra en mantener la defensa de ciertos monopolios, priorizar el enriquecimiento de algunos sectores en detrimento de otros, o en crear leyes exprofeso que los protejan a costa de los demás. La violación fragante del estado de derecho, por tanto, nos hace necesario pensar si acaso necesitamos reevaluar este sistema o bien suplantarlo por otro, quizás más eficaz o más humano.
Lo cierto es que todo parece indicar que la democracia quizás no es la más efectiva estrategia para designar quien debe gobernar o no, pues se corre el riesgo de elegir al menos apto en la administración pública, pero sí es la más deseable porque otorga poder real a la sociedad civil. Para hablar sobre la cosa pública, en efecto, los directamente afectados de las decisiones de estado deben estar involucrados, pues en caso de no hacerlo, estaríamos en los linderos de un paternalismo y en el peor de los casos, de un sistema tirano.
La cuestión por tanto, no es coartar las pocas libertades civiles que ofrece la democracia, sino a la inversa, regular mejor el sistema de postulación, donde en efecto cualquiera con buena voluntad que desee defender los intereses de los más desfavorecidos pueda competir, pero además que haya mecanismos de regulación en cuanto a su forma de proceder previa, experiencia probada, así como preparación idónea. Dado que es difícil saber lo que realmente una persona piensa y desea en su interior, lo más próximo es conjugar estas características que nos aporten un perfil deseable en su conjunto.
Si bien muy pocos políticos cumplen con este perfil, creo que para el futuro de Veracruz, hay una persona que ha rebasado las expectativas en su lucha incansable a beneficio de todos los sectores de nuestro pueblo. Con un amplio currículum, haciendo empatía y gestionando entre la gente en pie de lucha, campesinos, obreros y hasta empresarios, con la mejor preparación académica y con buenos resultados en materia legislativa y administrativa, José Yunes Zorrilla ha demostrado que la clase política aún puede mantenerse inmaculada, lejos de amiguismos y ostracismos, con miras a cumplir los objetivos para los cuales existe esta actividad. Mientras algunos anteponen lo privado a lo público, él ha tenido la vocación de servir a los demás, siendo un excelente negociador entre diversos intereses y trascendiendo cualquier poder externo que se quiera imponer. El pasado domingo 26 de octubre quedó demostrado cómo una persona con carisma y buena voluntad, pero también conocedor del ejercicio de gobierno, ha logrado interpretar de la mejor manera las necesidades de la mayoría.
Desde aquí, mis felicitaciones para el Senador José Francisco Yunes Zorrilla, de quien conozco su trabajo y su calidad moral como persona.
Nos leemos la próxima, que Dios los bendiga.