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LA ADVERSIDAD DEL CÁNCER Y LA FELICIDAD DE VENCERLO

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LA ADVERSIDAD DEL CÁNCER Y LA FELICIDAD DE VENCERLO

Soy Teresita de Jesús Padilla Mar, sobreviviente de cáncer de mama, con una historia muy peculiar que hoy espero ayude a muchas mujeres en la misma situación.

Estando en plena pandemia sentí un dolor muy intenso en mi seno izquierdo (3 de julio) que fue incrementando, entré en pánico, fue un sábado por la noche y el IMSS no era opción por la saturación en el servicio con los pacientes de COVID y no encontraba a mi ginecólogo y fue hasta el siguiente martes que tuve revisión, omitiré el nombre de tres doctores que me atendieron al principio por su falta de ética y que sólo lucraron conmigo poniendo en riesgo mi vida.

Antes de ir al ginecólogo fui a hacerme un ultrasonido en el cual no salía ningún absceso, solo se veía presencia de pus. Al acudir a mi cita médica me corrobora que no hay nada excepto una infección por bacteria diagnóstico: mastitis muy común, aunque no se esté en periodo de lactancia y procede a darme antibiótico por diez días. Al transcurrir esos días no tuve ninguna mejoría sino todo lo contrario el dolor iba en aumento, pero al final de esos días ya se habían formado dos bolitas.

 En consecuencia, cambia de antibiótico por otros cinco días, al término decide enviarme a hacer mastografía con ultrasonido (17 de julio) y en cuanto tuve los resultados (BIRADS 4B) se los envié, ya que no estaba en la ciudad.

Me respondió sugiriendo una biopsia urgente, sabiendo que solo un cirujano oncólogo las realiza. A partir de ese momento empecé a sentir que ya no podía ni respirar del miedo, lo cual solo empeoró al ya no poder localizar al doctor para que me diera en envío al cirujano, tampoco me dio resumen médico y tuvimos que empezar a buscar quién efectuara la biopsia.

Acudo con una segunda doctora y le dijimos que necesitaba una biopsia trucut, me citó en su consultorio y al ver que la bola estaba muy grande me indicó 10 días más de antibiótico intramuscular (20 ampolletas ceftriaxona). Para ese momento no solo dolía mi seno sino también donde aplicaron las inyecciones y al final de esos días acudo a ella para la biopsia y me dice que ella no hace ese procedimiento pero que me dará el contacto de otra cirujana, no importándole haberme atrasado con tal de cobrar sus honorarios.

El 5 de agosto consigo cita con la siguiente cirujana oncóloga, me hace la revisión, pero me dice que ese día no había llevado la pistola trucut para hacerme el procedimiento y de nuevo a esperar. Fue el día 12 de agosto que me realiza el procedimiento en su consultorio. Me explica que se toman tres muestras no obstante para estar más segura tomará cinco muestras y empieza la tortura. Por ignorancia yo no sabía que esas muestras se deben hacer guiadas por ultrasonido para tomarlas del lugar exacto y en total dicha doctora tomó 21 muestras, provocando un dolor insoportable por el hecho de que solo aplicó anestesia tópica.

Para el 24 de agosto llegan los resultados NEGATIVOS, solo una fibrosis e inflamación crónica inespecífica moderada. Con ello volvió mi alma al cuerpo porque me confirmaba una mastitis, solo me indicó pomada de diclofenaco para disolver la bola, la cual para ese momento ya media siete cm.

Seguí instrucciones sin éxito ya que la bola seguía creciendo y ya era demasiado molesto hasta mover el brazo. Le comuniqué eso a la doctora y me ofreció quitarla para que ya no tuviera ese problema. Me citó el 13 de septiembre para cirugía y nada profesional, no se presentó, no agendó quirófano y mucho menos tuvo la amabilidad de comunicármelo. Fue hasta el 16 de septiembre que realizó la cirugía haciendo una biopsia escisional quitando el cuadrante superior izquierdo y a su vez enviando la bola a patología la cual medía 10 cm, en esta cirugía tuvo que hacer una limpieza profunda debido a que estaba necrosada la zona.

El día 28 de septiembre me retira los puntos y dren. Sin embargo, ese día mi vida da un giro al darme los resultados de la biopsia. Pone el documento frente a mí y lo que busco es ir directo al resultado y la primera palabra que leo es carcinoma, de ahí en adelante olvidé leer ya que no entendía ninguna letra y solo veía el movimiento de los labios de la doctora y de mi esposo, pero yo no escuchaba nada. Me sentía como si me hubiesen metido en un remolino, eran tantos sentimientos que lo único que deseaba era salir de ese lugar y más porque me enteré de que la doctora tuvo el resultado desde siete días antes de mi cita y no me lo hizo saber. salí como zombi me era imposible asimilar el diagnóstico.

El diagnóstico era CARCINOMA POCO DIFERENCIADO SÓLIDO ASOCIADO A NECROSIS (60%), CON PERMEACIÓN VASCULAR LINFÁTICA. INMUNOHISTOQUÍMICA: TRIPLE NEGATIVO, CARCINOMA DUCTUAL INFILTRANTE

Ese día es cuando realmente da inicio mi proceso, tan doloroso emocionalmente; lo más difícil era decírselo a mis hijas y familia, si yo no lo aceptaba y estaba siendo tan difícil, ¿cómo comunicárselos? No pude, lo negaba y mi esposo aun cuando le dolía demasiado tuvo que darles la noticia a mis hijas.

Con mi familia de origen no sería la excepción, no me sentía capaz de hablar con ellos sin que vieran el miedo que yo tenía. Entonces, decidí que no se los haría saber y mi esposo no aceptó esa decisión. Le tuve que contar a dos de mis hermanos, pero señalando que ellos dos serían los únicos en saber, que cuando todo pasara pues se lo contaría a los demás. Como era de esperar, tampoco estuvieron de acuerdo y viajaron para platicar conmigo y hacerme ver que no debía esconder esta noticia y fue entonces que les pedí que fueran hablando con los demás para que no les tomara de sorpresa.

El cáncer había avanzado mucho y es aquí donde llego con el doctor GUILLERMO GOCHER oncólogo médico. Tuve mi primera cita el día 1 de octubre para que nos diga que tratamiento llevar y de nuevo otro golpe emocional, por el impacto de saber que debía recibir quimioterapia y debía ser atacado el cáncer con dosis altas en lapsos cortos, porque en 2 meses de tener una mastitis se formó el tumor de 10 cm. El esquema médico que me indicaba el doctor GOCHER eran rondas cada 7 días de carboplatino y paclitaxel por 12 sesiones.

El doctor me preguntó que cuándo quiero iniciar y desde mi sinceridad le contesté que nunca. Para mí ya no tenía sentido gastar en un tratamiento que no me aseguraba devolver la salud; me dijo que respetaba mi pensar, aunque mi esposo e hijas no. El doctor me dijo que fuera a mi casa y cuando me sintiera lista comenzábamos que él no le gusta presionar a sus pacientes y que necesitaba que estén convencidos del tratamiento porque eso influye en los resultados. Al llegar a casa, la presión del marido e hijas hicieron que cambiara de opinión y le llamé al doctor para iniciar las quimios el día 7 de octubre.

Para mí las quimios comenzaron sin mayor problema. Con el goteo de los medicamentos solo me repetía que eran gotitas de vida las que estaban entrando en mi cuerpo, daba gracias a Dios por permitirme recibir la medicación y agradecía a mis pilares que estuvieron y están siempre conmigo mi marido e hijas y que no me dejaron sola ni un solo día. En la clínica encontré con un personal empático que se ganaron mi respeto y cariño ellas son las dos enfermeras Liz, Jari, y Poli de recepción, con ellas ahí la estadía era menos estresante.

Con la primera quimio solo me sentía como si me estuvieran agitando, no había mayor problema. Sin embargo, no siempre fue así. A partir de la segunda quimio la reacción fue en incremento, mi cuerpo se debilitaba, todo tenía sabor a metal y el cansancio se apoderaba de mi cuerpo. Tampoco podía comer porque la náusea no me lo permitía conforme iba avanzando las reacciones secundarias iban en aumento. Mi cabello empezó a caerse hasta que llegó el momento que ya debía rasurarlo, pero me opuse a ir a que lo cortaran y mi marido tuvo que hacerlo. Impactante verme en ese estado, no podía permitir que nadie más me viera así y decidí esconderme de todos, lo menos que necesitaba era que me vieran con lástima, utilizaba turbantes para cubrir mi cabeza, pero para mí no era suficiente, seguía en negación, ¿por qué a mí? Hasta llegar al día que mi pregunta era ¿para qué es que estoy pasando por esto?

Siendo las quimios cada semana no tenía tiempo de recuperarme. Es indescriptible lo mal que me sentía. Mis piernas no me sostenían y me propuse ir un día a la vez. Cada día empezaba de cero intentando mantenerme hidratada, alimentada en lo posible. Además, era demasiado orgullosa para aceptar la ayuda para bañarme, hasta que estaba medio vestida, dejaba que entraran para llevarme a la cama y solo mi esposo podía estar conmigo.

No quería que mis hijas me vieran así, en lo que me había convertido en algo tan deplorable, también dejé de comer lo único que necesitaba es que me dejaran dormir y sé que no fui una persona fácil y no se dieron por vencidos, aunque poco, pero hacían que comiera.

No acepté recibir ninguna visita durante mis quimios, hasta salía a mis consultas tapada para que nadie de mis vecinos me viera. Sin embargo, pasaban a dejarme palabras de apoyo y por fin llegó el día en que terminé la quimio el 30 de diciembre, cerrando el año 2021 y esa etapa de quimioterapias había concluido por fin.

Ahora venía lo más difícil, me tenían que realizar la mastectomía y no tenía opción, con ello tenía otro problema causado por las quimioterapias porque, así como mata todo lo malo como es el cáncer, también se lleva lo bueno en nuestro cuerpo. Mi hemoglobina estaba en 6.4 necesitaba transfusión para que pudieran hacer la mastectomía y que difícil es conseguir donantes, pero tuve la bendición que 2 de mis sobrinos viajaron para ser mis donantes ya que necesitaba 2 paquetes de sangre y mis hijas no tienen mi tipo de sangre; otro problema fue canalizarme, pero se logró.

Como pueden imaginarse después de lo vivido con la doctora que me quitó el tumor yo no quería saber de ella y mucho menos ponerme en sus manos. Así que hicimos una búsqueda ya bien informados para encontrar a mi cirujano el doctor JOSÉ MANUEL TROCHE y nos trasladamos a Veracruz para que él hiciera la cirugía, siendo una persona tan accesible y profesional vino con su equipo médico a Xalapa a hacerme la mastectomía el día 28 de enero de 2022. También se hizo el estudio de patología de la mama y el día 3 de febrero fui por el resultado el cual era negativo, ese día estuvo lleno de sentimientos encontrados, el doctor TROCHE es el que me lleva mi control hasta el momento.

Desafortunadamente, aunque feliz por no tener cáncer, el no tener una mama fue otro golpe mental y sentimental.  Me costó mucho verme porque yo cerraba mis ojos al bañarme, había mucho que trabajar en mi salud mental, aquí es donde ya conocía a un grupo de mujeres maravillosas llamado JUVECAN, más adelante relato como me sostuvieron en esos momentos tan difíciles

No había terminado el proceso de sanación, ese monstruo llamado cáncer que cambió nuestras vidas porque somos familia muégano y todo lo que había pasado nos afecta en colectivo. Era momento de atacarlo por otro frente RADIACIONES, es cuando me dan pase con el Radio oncólogo el doctor JOSÉ MARÍA ORIVE el cual me comenta que, debido al tipo de cáncer, debía recibir 30 sesiones de radiación. Acudí a recibir las radiaciones las cuales al principio no tuve problemas, salvo el tener que quitarme la blusa para recibirlas, hasta que empezó a quemarse mi piel a causa del tratamiento y resulté con quemaduras de segundo grado en pecho y espalda al final de otra etapa más el 4 de abril.

Siguiendo con mis revisiones con el cirujano oncólogo en el mes de agosto me envía a hacerme un estudio PET que es la forma más completa de ver los órganos y su funcionamiento, donde se encontró una disminución en su funcionamiento del 50% del pulmón izquierdo y alteración de su función del hígado, este ha sido tratado para corregir el daño.

El día 7 de agosto de 2022 al revisar el PET mi cirujano de dice que no hay más tumores y que estoy libre de cáncer, aunque debo seguir en revisiones cada dos meses, a la fecha se amplió el tiempo entre revisiones porque mis estudios de seguimiento han salido muy bien.

Por su parte, a JUVECAN llego el 29 de noviembre de 2021, recibí una llamada de la doctora Rogelia (presidenta-fundadora), una linda personita de nombre Lety Peredo le había hablado de mi a la doctora y tuvimos una charla muy agradable, me platicó del grupo y me hizo la invitación para pertenecer a él, les seré sincera no estaba muy convencida de querer entrar al grupo, ya que no las conocía y ¿cómo iba a hablar con personas extrañas?

Estaba renuente a hablar de mi vida, de mis sentimientos con alguien que no me conocía y más tener que explicar que yo había hecho todo correcto, siempre estuve haciendo mis revisiones y mastografías, que nunca fue un descuido o desidia el que me diera cáncer.

Estaba equivocada, JUVECAN es un grupo de apoyo para mujeres que padecen o pasaron por un diagnóstico de cáncer de mama y comparten sus experiencias de vida, esas mujeres valientes me ayudaron a no sentirme sola, a superar mis miedos porque JUVECAN es apoyo, amor, solidaridad. Conté con el apoyo de la maestra   Gloria (tanatóloga) un ser maravilloso y paciente, con la cual me sentí en paz de nuevo.

Fue entonces donde me di cuenta para qué sirvió esta enfermedad. Primero para hacer una pausa en mi vida y aprender a valorarla. Aprendí que se puede ser feliz a pesar de pasar por una enfermedad y para que conozcan las compañeras que van llegando al grupo no están solas, y en cadenita podemos seguir dando apoyo a las que van ingresando. Aprendí que mi historia después de padecer en los tratamientos tuvo un buen desenlace y lo más importante es que sepan que JUVECAN me enseñó que un diagnóstico de cáncer de mama no es una sentencia de muerte.

No me cansaré de agradecer por siempre a ROGE Y ROCÍO que son los pilares de JUVECAN, han formado un grupo maravilloso incorporando personas que nos dedican su tiempo para que estemos bien como tanatólogas, psicólogas, Dra. en nutrición, fisioterapia y sin olvidar al voluntariado gracias, gracias.

Escuché una vez un dicho que me llamó la atención que dice: cuando logres contar tu historia sin derramar una lágrima es que has sanado por dentro. Hoy logro contarles sin llorar…. JUVECAN lo logré, mi agradecimiento queridas hermanas por elección que me hacen feliz, mi amor por siempre, mi superación también es por ustedes. Por último y no menos importante agradecer a mi marido Arturo Díaz, mis hijas Karla y Yoalli, así como a toda mi familia que formaron equipo conmigo agarrados de la mano de Dios.