LA BICICLETA DE SUMJI
LA BICICLETA DE SUMJI
Por Rafael Rojas Colorado
Sumji,
así le llamaban burlándose los que con él compartían el aula escolar. Todo
porque afirmaba que con ese nombre también se reconocía al lago Jula. Pero a
Sumji, quien solo tiene once años de edad, lo inquietaba mucho más una ilusión,
se sentía atraído por Esti, su compañera de clase, cierta noche el amor
floreció.
Un
día entre las festividades de Pésaj y Shavuot, recibió la visita de su tío
Zémaj, le llevó de regalo una bicicleta, mientras el niño se extasiaba con el
obsequio, su tío le explicaba que las festividades, siempre
acercaban malos recuerdos, pues todas representaban una discordia entre el pueblo judío y otras culturas, por ejemplo, durante Januká, a los hijos de Israel, les enseñan a odiar a los griegos; en Pésaj se detesta a los egipcios. El 20 de Tamuz murieron Herzl y Bialik, por citar unos cuantos sucesos, solo la fiesta del Árbol es grata, pero siempre cae agua del cielo.
Sumji
es blanco de burlas, dicen sus compañeros que la bicicleta es de mujer, le
falta una barra. Sin importar los señalamientos, Sumji pedalea pleno de ilusión
y de alegría por las calles: Sofonías, Jonás, Zacarías, Abdías y Amós, su
imaginación le marca una ruta hacia la montaña del Himalaya, o tal vez al
áfrica para seguir el curso de las aguas de río Zambeze en pleno corazón del
continente negro.
Un
día cambia su bicicleta por un tren, firma un contrato con su amigo Aldo
Castelnuovo, y su vida cambia, le suceden ciertas desgracias, pues después es
obligado por Goel, el malo de la clase a un nuevo canje, ahora entrega el tren
y su opresor le da un perro. Al estar todo el día fuera de su casa, su padre lo
golpea y él huye, piensa en alejarse para siempre de su hogar, del barrio y de
la ciudad, vivir en la lejana montaña.
Amoz
oz, a través de la bicicleta de Sumji, nos cuenta una historia de infancia,
donde los sueños no tienen límite, las ilusiones tampoco y la libertad parece
mucho más libre. En esta historia devela algunas festividades hebreas, su
significado y el nombre de los meses del año en ese idioma. Nisán: marzo, Iyar:
abril. Sivan: mayo. Tamuz: junio. Av: julio etc. Pero, sobre todo, el amor que
Sumji siente por Esti.
Finalmente,
el protagonista al convertirse en un hombre, se da cuenta y acepta que sigue
viviendo en Jerusalén, en el mismo barrio de su infancia, en la misma casa, no
obstante, los sueños e ilusiones de infancia de viajar en su bicicleta al
áfrica, le proporcionaron una inmensa felicidad infantil.
Amoz
Oz, fue un escritor judío que nació en el año de 1939 en Israel, participó en
dos guerras, la de los seis días en 1967 y la del Yom Icipur, (1973). Se formó
como escritor y profesor de literatura hebrea.
Fue pacifista entre los israelitas y palestinos. Entre algunas
importantes novelas que escribió durante su vida hoy nos recrea con “La
bicicleta de Sumji”, en la que una historia que parece simple su maestría en la
escritura la convierte en arte.
Amigo lector, lea esta
novela y disfrutará las aventuras de Sumji, sobre todo, su infinito deseo de
libertad. “Un libro le señalará el camino hacia la sabiduría.”