La Nueva Democracia Populista
La Nueva Democracia Populista
El presente título viene a colación por la
nueva ideología que han impulsado los gobiernos emanados de MORENA, encabezados
desde luego por el Presidente de la República, por lo que hay quienes han
llamado este movimiento un adoctrinamiento LopezObradorista de raíz, teniendo
adeptos sumamente fieles; sin embargo, el presente Gobierno Federal, como
todos, ha tenido grandes aciertos, pero al igual, grandes tropiezos.
Esta nueva ideología está basada es dos
aspectos fundamentales; por un lado, en mirar y disponer de todos los programas
y ayudas del Estado hacia el pueblo, en especial de los más desprotegidos, y
por otro lado, en ofrecer mecanismos directos de participación ciudadana. Es
por ello que, en pocas palabras, hoy México tiene, vive y respira los efectos
de la nueva Democracia Populista.
Aunque el término “populista” en ocasiones es
usado bajo aseveraciones peyorativas, se tiene que tener claro que quienes
piensan que el populismo constituye una corriente política con características
objetivas, destacan aspectos positivos como la simplificación al momento de tomar
decisiones, el anteponer la igualdad social, el privilegiar siempre el apoyo a los
grupos más vulnerados, alentar la participación social, entre otros; aspectos
que los gobiernos morenistas, y desde luego el Presidente de la República, han
enarbolado y profesado desde su arribo a los puestos públicos de decisión y a
lo más alto del Gobierno Federal.
Por otra parte, un gobierno democrático es
aquel que dispone de todos los mecanismos y medios para gobernar de la mano con
la ciudadanía; se trata de un gobierno cercano al pueblo, donde privilegia toda
su actuación y poder público a favor de los grupos más vulnerados de la
sociedad. En este sentido, es importante celebrar los cambios constitucionales
impulsados por el Gobierno Federal, como la consulta popular (mecanismo eficaz
de participación ciudadana, desaprovechado lamentablemente con una pregunta de
poca relevancia social) y la revocación de mandato (la cual permitirá que por
primera vez en nuestra historia, la ciudadanía decida la continuidad o
revocación del gobierno del Presidente López Obrador).
Más allá de los objetivos de fondo de esta
nueva ideología, electoralmente hablando, es fundamental que el gobierno no
deje de lado el aspecto económico, es decir, el financiamiento de los aspectos
que dan vida a esta Democracia Populista, ya que los programas sociales y los
mecanismos de participación ciudadana, requieren de sumas importantes de
recursos para hacerse realidad.
En resumen, esta nueva Democracia Populista no
puede considerarse un error, sino todo lo contario, en un país donde más del
50% de su población padece algún efecto de la pobreza y donde no se han
dispuesto mecanismos de participación ciudadana, resulta un gran acierto que el
Gobierno Federal adopte esta nueva ideología social, la cual, a decir del
propio Vocero Presidencial, tiene en un 73% de aprobación a la gestión del
Presidente López Obrador. Por ahora, bien por la nueva Democracia Populista.