La Otra Versión

   La realidad la convertimos en Metáfora

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                                                                                                               René Sánchez García

Sin que nos lo propongamos y sin ser bastante doctos al momento de utilizar nuestro lenguaje hablado o escrito, casi siempre utilizamos metáforas, sin saber con exactitud qué es o cómo se conforma. Se trata casi siempre de trasladar el sentido recto de una palabra a otro figurado. Los diccionarios escolares de la lengua española (aunque debemos decir lengua castellana) señalan que una Metáfora es una figura estilística o retórica en la que trasladamos o sustituimos el sentido propio de una palabra a otro de tipo figurado. Esta comparación de palabras se debe única y exclusivamente al uso de nuestra imaginación. Un ejemplo sencillo lo encontramos en la siguiente oración: “Al despertar, en las flores pude ver las perlas del rocío”, o bien: “La manzana es una alegoría del pecado original”. Cuando decimos cosas así,  utilizando las palabras con un sentido distinto al que les corresponde, utilizamos tropos y el más utilizado se llama metáfora.

Si algo tienen los hablantes es una imaginación inagotable. Su creatividad no tiene medida ni fronteras. Existe siempre la imperiosa necesidad de explicar la cruda realidad mediante un sentimiento amoroso, delicado y hasta humorístico; dislocando así el recto sentido de las palabras por otras de mayor vehemencia: “Te doy en éste instante mi humilde corazón”, “Lo que pasa es que tienes la cabeza llena de pájaros”, “Amor, tu pelo es de seda”, son tan sólo ejemplos cotidianos de metáforas. El escritor Ernesto Sábato mencionó alguna vez: “…el idioma es tan inexacto que sólo con la metáfora podemos aspirar a ser un poco precisos: una forma de subrayar la capacidad de crear significados por intuición y subjetividad que tiene el lenguaje metafórico”. Las metáforas son utilizadas con frecuencia en la elaboración de una novela corta, de un cuento, pero la poesía se encuentra inundada de ellas.

Este procedimiento de creación de nuevos significados por semejanza, obliga al lector a realizar una operación mental diferente para interpretar una y otras (la reales: cabellos rubios) y (las imaginarias: cabellos de oro), porque el oficio de leer consiste en adaptarse al juego que propone el creador en cada texto y no en la operación mecánica de leer por leer sin comprender el texto. En palabras de Pedro Salinas, la literatura contemporánea y la poesía han transformado la naturaleza de la metáfora hasta convertirla en “un acto poético puro”: una nueva forma de percepción que no brota de la semejanza lógica entre dos realidades, sino de la intuición que busca un lenguaje capaz de recrear la realidad. En realidad, la vida es netamente metafórica.

sagare32@outlook.com

 

 

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