Crónica Coatepecana

La Suspensión de los Cultos Religiosos

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Dr. Jesús J. Bonilla Palmeros

Cronista de la ciudad de Coatepec

(Quinta parte)

En unos apuntes registrados por el sacerdote Adalberto Gómez, trabajo de investigación realizado meses antes de que se llevara a cabo el Congreso Eucarístico en el año de 1943. Dejó constancia de algunos eventos que tuvieron lugar durante la suspensión de cultos en la ciudad de Coatepec, Ver.

Hacia el año de 1929 aminoró la persecución religiosa y los fieles nuevamente tuvieron oportunidad de concurrir a los templos católicos en busca del auxilio espiritual, así como el retomar las añoradas prácticas litúrgicas. Aunque con ciertas restricciones, el gobierno permitió nuevamente la atención a la grey católica, pero sin dejar de vigilar el desempeño de los pocos sacerdotes asignados en algunas ciudades.

Un hecho digno de mención, es aquel que tuvo lugar en el mes de mayo de 1929, cuando se recibió en Palacio Municipal la orden de aprehender al señor Obispo Rafael Guízar y Valencia, quien se encontraba en aquel entonces a cargo de la Iglesia de Guadalupe. Por referencias de don Abraham Contreras, sabemos que a él se le comisionó para llevar a cabo la detención del señor obispo, debido a que era el jefe de la policía municipal. Refirió que en aquella ocasión realmente le preocupó el detener a tan apreciado personaje, y mejor optó por filtrar entre conocidos la orden de aprehensión, a fin de que alguien le avisara oportunamente al señor obispo. De tal forma que resultó la estrategia, porque no faltaron personas acomedidas quienes inmediatamente le informaron y le ayudaron a salir de la ciudad, evitando así se cumpliera la orden de detención.

A los dos años de vislumbrarse una endeble tregua hacia el sector católico, nuevamente se declara la persecución religiosa en el mes de julio de 1931, tiempo en que gobernaba por segunda ocasión en el Estado de Veracruz, el Coronel Adalberto Tejeda. El problema se suscitó a raíz de que se promulgó el decreto 197 también conocido como “Ley Tejeda”, la cual se enfocaba a reducir aún más el número de sacerdotes en las comunidades del estado. Nuevamente se procede a la clausura de templos y se suscitan una serie de infortunios al interior de los espacios sacralizados, como es el caso del asesinato del hoy beato Ángel Darío Acosta Zurita, quien tenía escasos minutos de haber impartido el sacramento del bautismo a unas criaturas, en la Catedral de Veracruz. En el mismo hecho sangriento resultó herido de bala el sacerdote Alberto Landa

Por su parte el señor Arzobispo de Veracruz, don Rafael Guízar y Valencia, recibió de su Santidad Pio XI la autorización para que los fieles pudieran comulgar con sus propias manos. Concesión que requirió la creación de una serie de “Centros Eucarísticos” y cuya labor recayó en la persona del presbítero Alberto Landa, quien burlando la vigilancia de los “Tejedistas” llegó a la ciudad de Coatepec, y procedió a la fundación de varios centros en casas particulares.

Posteriormente el día 5 de julio de 1935, un grupo de coatepecanos se confabularon para dar inicio a una rebelión con la idea de poner fin a la persecución religiosa. El movimiento se desarrolla en Palacio Municipal, hasta donde llega el grupo de subversivos y matan a un oficial de la guarnición federal, situación que dio pie a un enfrentamiento con las fuerzas armadas y originó cuatro bajas en el grupo de los rebeldes.

(Continuaremos la siguiente semana)

 

 

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