LA VERDADERA ACCIÓN POLÍTICA DE LOS BAUTIZADOS
LA VERDADERA ACCIÓN POLÍTICA DE LOS BAUTIZADOS
Pbro. Juan Beristaín de los Santos
La alegría de la fe conduce a todo bautizado, no sólo a
estar cerca de Jesucristo, sino también a actuar como él actuó para comunicar la vida nueva a todos los que creen en él. Cristo, Buen Pastor,
ha dado su vida por todos para vivir con dignidad y alcanzar la meta celestial.
Todo bautizado en Cristo debe promover la vida digna para todos practicando la
acción política, pues «la
política en su sentido más amplio, mira al bien común y le
corresponde precisar los valores fundamentales de toda comunidad».
(Mensaje de participación ciudadana 2024 de los obispos veracruzanos). La
acción política en este sentido amplio es un derecho y deber intransferibles del discípulo misionero de Cristo.
La acción política de todo bautizado en Cristo no es un
derecho y un deber vacíos o sin contenido específico. Para que el bautizado
participe consciente y activa en la cultura democrática debe recordar que:
«La vida cívica requiere: Estar informado; buscar la verdad; intercambiar
ideas con otros; formarse una opinión objetiva de la situación del país y de lo
que es necesario hacer para construir una patria mejor; organizarse en partidos
políticos y asociaciones cívicas; ayudar a otros a educarse políticamente,
negarse a apoyar los intereses egoístas y, sobre todo, procurar el bien
común». (Mensaje de participación ciudadana 2024 de los obispos veracruzanos). La acción política de los
bautizados tiene metas claras que se convierten en una esperanza de vida digna
para todos.
Actuar como Jesucristo, llevando la alegría de su amor
resucitado a todos los ámbitos de la vida, no debe separarse nunca de las
cuestiones sociales de nuestra sociedad veracruzana, de la defensa de los
derechos humanos tan pisoteados por todos y del cuidado de nuestra casa común tan abandonada
por todos. El servicio a la sociedad
al estilo de Jesucristo nos dará la
fuerza y condiciones fundamentales para conseguir el progreso integral de todos
y para todos, que cura todas las
heridas sociales, económicas y políticas causadas por la superficialidad y el
engaño de falsas promesas hechas sin el menor atisbo de honestidad a nuestra
sociedad.