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Ellos

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ELLOS

Por Yuzzel Alcántara

­Ellos

Aquí estamos. Aquí estamos en un lugar que ya no es nuestra casa. Se parece a una casa, no es la nuestra. Aquí estamos en el lugar que hemos creado.

 

Quien los mira

Los veo. Se levantan temprano y riegan las plantas, podan el pasto, cambian sus orquídeas de lugar, a donde el sol pegue sobre sus pétalos y haga del blanco un verde violáceo. Los veo encender el televisor y escucharlo de lejos mientras se bañan, mientras eligen qué ponerse, mientras desayunan como pensando en todo y en nada. Los veo abrir el periódico y angustiarse. Porque alguna vez, mientras leían, entendían, pero ahora el entendimiento los ha abandonado. Aborto, feminismo, fakenews, guerra cibernética. Sonidos raros, palabras de un lenguaje que los avienta a la oscuridad de un pozo inundado: luchan para no ahogarse con lo que no quieren pronunciar. Los veo mecerse en el sillón mientras se corren las cutículas de los dedos, mientras ensayan nuevas formas de liberar la aflicción enroscando los dedos de las manos. Los veo haciendo lo mismo desde que olvidaron que la memoria sirve para registrar cambios, porque ya nada cambia en ellos mas que su piel. Los veo pensativos, sumidos en la extrañeza de lo cotidiano, y extrañando el pasado como eternos extraños.


Ellos, quienes saben estar con el tiempo, acurrucarse en él, sentir la languidez de sus horas. Ellos, los mismos que vieron crecer el roble, caer la neblina hasta abajo, florecer la primera mata de café, cambiar la piedra por concreto, talar el último liquidámbar del cerro.

Ahora sienten angustia. Y les angustia y asusta que de todo aquello lo único que permanece sea lo que ya no está. Como un anhelo ahogado, como un asombro seco.

 

Nosotros

Así estaremos. En otro lugar, ¿o ya lo estamos?