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Prosperados en tiempo de Crisis

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Prosperados en tiempo de CrisIS

«No serán avergonzados en tiempos difíciles; tendrán más que suficiente aun en tiempo de hambre”

Salmos 37:19 NTV

Por Israel Tellez

Las dificultades, las malas noticias y toda crisis vienen a probar lo que somos y lo que tenemos. Las crisis, cambian repentinamente o gradualmente nuestro presente; sin embargo, todo hijo de Dios tiene la garantía al creer las promesas en la palabra de Dios para confiar en que la bendición, la protección y la manifestación de la soberanía de Dios definen su futuro y no sus circunstancias.  

 

Job fue un claro ejemplo de alguien que abundaba de una felicidad y plenitud que todo ser humano anhela; gozaba de una familia maravillosa, tenía prosperidad en sus negocios, tenía fieles sirvientes al cuidando de sus posesiones, una vida en devoción a Dios y una dicha que disfrutaba cada día con sus seres queridos. Pero, la suerte de Job es cambiada repentinamente; en un solo día, como lo narra el texto bíblico, le fue quitado todo lo que había logrado en tantos años de trabajo, oración y esfuerzo.

 

¿Qué había fallado? ¿Qué no había hecho? ¿Qué no había orado? ¿Qué no había previsto? 

 

Y en un interrogante que todo espectador se haría ¿Por qué a Job? 

 

Si Job, había caminado en integridad y en una vida justa. Su crisis, iba en aumento convertida en tragedia familiar, en ruina económica, en una terrible enfermedad en su cuerpo, como la exposición al juicio y vituperios de sus amigos, sin dejar de mencionar la incitación por parte de su esposa de maldecir a Dios y sugerir su suicidio ¡Que terrible situación! 

Las crisis se viven en carne propia; pero en Dios, lo importante no es nuestra historia, es lo que Dios puede lograr con ella. 

 

Veamos unos principios espirituales de cómo Job enfrentó tan grande crisis y terminó siendo prosperado al doble. 

 

1.    En medio de la crisis Job adoró a Dios

La forma de reaccionar de Job es sorprendente, rasga sus vestiduras para guardar luto por sus hijos y sus siervos, y comienza adorar a Dios. La adoración es la muestra de amor y gratitud más intima. La verdadera adoración no busca respuestas, expresa gratitud y el reconocimiento de que todo lo que tenemos y todo lo que somos es gracias a Dios. La adoración no busca culpables, busca al Dios justo que todo lo puede. La adoración es humillación buscando a Dios, no conmiseración. Podemos enfrentar toda crisis adorando a Dios y siendo agradecidos por todo lo que Dios nos ha dado, por lo que tenemos y por lo que Dios nos va a dar. Pero la adoración extraordinaria, es la que se da sin pedir nada a cambio, es la que declara la naturaleza de Dios y ama su presencia, no sus obras. La verdadera adoración apunta a la soberanía, cuidado y amor de Dios para nosotros. La adoración es gratitud. Un corazón agradecido siempre adorará a Dios en medio de toda crisis.

 

2.     En medio de la crisis Job bendijo a Dios

Bendecir es exaltar a Dios. Job tenía todo el derecho en una forma razonable, para reclamar o pedir una explicación inmediata a Dios. A pesar de ello, después de adorar, bendijo a Dios reconociendo su soberanía sobre todas las cosas. El uso de nuestras palabras nos lleva a la prosperidad o a la amargura, como hijos de Dios tenemos que bendecir a Dios y reconocer qué toda nuestra vida está en sus manos. La bendición a Dios nos lleva a un futuro glorioso. Si usted quiere madurar en su vida espiritual, bendiga más a Dios y quéjese menos; y el bien y la misericordia le seguirán todos los días de su vida aun en medio de su crisis.

3.    En medio de la crisis Job confió en Dios

Confiar en Dios es reconocer que él está trabajando. El que tiene fe en Jesús confía en Dios, porque fija su mirada en él, en su persona, no en un amuleto, estatua o imagen. Confiar es amar en acción, la adoración expresa en intimidad su amor, la confianza la manifiesta al enfrentar la situación. Todos viviremos algún tipo de crisis, pero necesitamos asegurarnos que estamos confiando en Dios al caminar y enfrentar todo problema tomados de la mano de Dios. Toda crisis nos llevará a conocer más a Dios y a poner nuestra confianza en él, al saber y declarar lo que Dios es capaz de hacer por cada uno de nosotros. La confianza es relación, es conexión. Job confío y declaró en uno de los momentos bajos de sus crisis lo siguiente: 

 

Pero en cuanto a mí, sé que mi Redentor vive,    y un día por fin estará sobre la tierra.Y después que mi cuerpo se haya descompuesto,    ¡todavía en mi cuerpo veré a Dios! Yo mismo lo veré;    así es, lo veré con mis propios ojos.    ¡Este pensamiento me llena de asombro! 

Job 19:25-27 NTV

 

4.    En medio de la crisis Job clamó a Dios

Clamar es buscar la intervención de Dios en lo que estamos viviendo. Clamamos a Dios porque creemos que Dios puede cambiar nuestra situación e intervenir a favor de todos los que clamamos; pero hay ocasiones en que no vemos la respuesta o no recibimos los resultados que quisiéramos. Eso no significa que Dios no esté escuchando o no esté trabajando. Clamamos porque sabemos que Dios tiene un propósito glorioso aunque no lo veamos. Por eso, la fe va más allá de las circunstancias. La fe pide en el nombre de Jesús, busca en el poder del espíritu y toca la puerta con insistencia. La gran respuesta que encontraremos al clamar a Dios es ser atendidos por él personalmente. Dios está para amarnos, cuidarnos, protegernos, proveernos, defendernos, rescatarnos, salvarnos, librarnos y todo lo que usted necesite; pero lo más importante, es que Dios va a cambiar nuestro corazón. Las crisis nos transforman en gloria y en triunfo para los que amamos a Dios.

5.    En medio de la crisis Job vio a Dios

En el clímax de su crisis Job ve a Dios y su corazón es trasformado. Dios le explica que él estaba en control de todo lo que estaba viviendo y reafirma su soberanía sobre todo el universo. Job vivía con una devoción hacía Dios, pero no conocía el corazón de Dios. Esto es sorprendente, porque la Biblia expresa que Job ofrecía cada mañana sacrificios por toda su familia. Toda crisis que vivamos en los propósitos de Dios cambiará nuestro corazón. Dios ama más nuestro corazón que nuestros sacrificios. Eso nos da la plena libertad de buscar la dirección y la voluntad de Dios en toda situación. 

 

6.    En medio de la crisis, Job fue prosperado

Y la gran pregunta ¿cómo seremos prosperados? Así como caemos en crisis, Dios tiene el poder de sorprendernos y levantarnos. Las crisis no son permanentes, tienen su tiempo de caducidad y son la puerta para ser restaurados al doble. Precisamente Job, fue restaurado al doble, en bienes y familia, en riqueza y paz, Dios lo llevó a vivir una vida abundante y plena, algo totalmente superior a lo que había vivido; la gran diferencia fue que ahora Job conocía a Dios como nunca lo había conocido, su fe había crecido pero ahora caminaba con una certeza mayor de la justicia y la soberanía de Dios como nunca antes. La prosperidad es parte de las promesas de Dios para nuestras vidas, Jesús nos prometió una vida abundante y llena del Espíritu Santo. 

Conclusión

Podemos aprender de la vida de Job y ver como Dios tiene el poder de levantarnos una y otra vez, con el propósito de prosperarnos. No importa que crisis estés viviendo, ya sea un divorcio, la muerte de un hijo, la ruina de tu empresa, la traición de una amistad, una enfermedad incurable, el quebranto de tu economía, la interrupción de tus estudios o cualquier cosa que nos meta en una situación difícil. Recuerda, no serás avergonzado, Dios está trabajando y si confías en él serás restaurado al doble de lo que tenías. 

… el Señor le restauró su bienestar. Es más, ¡el Señor le dio el doble de lo que antes tenía!