Peñaloza Deportivo

LAS DICTADURAS Y EL FUTBOL

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Pedro Peñaloza

“Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida”.
Pablo Neruda

LOS eventos deportivos a lo largo de la historia moderna han servido a los gobiernos como objeto de legitimación. El ejemplo más claro fue la organización de las olimpiadas por parte de la Alemania Nazi en 1936, justo cuando Adolf Hitler se afianzaba en el poder. Esta justa olímpica sería utilizada por el régimen para enaltecer y darle publicidad a la “superioridad de la raza aria” y sería el preludio para el inicio del exterminio judío en campos de concentración.
Asimismo, en el caso latinoamericano las dictaduras formadas principalmente en el cono sur, utilizaron el futbol como medio de control y de táctica para apaciguar a la población. De igual modo, recurrieron a la organización de Mundiales para hacer propaganda a sus gobiernos y para legitimarse ante la mirada internacional en medio de represión, desapariciones forzadas, tortura, etc.
El día de ayer inició la competición de futbol más antigua del mundo, la Copa América, todos los medios de comunicación de la región están listos para comentar y transmitir este torneo que reunirá grandes estrellas del futbol internacional y que servirá como vitrina para muchos jugadores. Sin embargo, el escenario que será testigo del partido inaugural entre los combinados de Chile y Ecuador, no siempre tuvo como objetivo principal albergar partidos de futbol.
Era el año de 1970, el candidato a la presidencia, el médico Salvador Allende, con su lema “Vía chilena al socialismo”, había ganado las elecciones por un margen de sólo dos puntos al candidato de la derecha. La sociedad chilena se encontraba sumamente polarizada, por un lado, se dieron grandes festejos y demostraciones de fuerza por parte de los simpatizantes de Allende, pero por otro lado, muchos sectores de la clase alta vieron con temor la llegada de un presidente marxista a La Moneda.
Con los medios de comunicación en contra, los empresarios inconformes por las nacionalizaciones y el alza de los salarios, y el apoyo de los Estados Unidos, el 11 de septiembre de 1973 las fuerzas armadas lideradas por Augusto Pinochet rodearon La Moneda con tanques y autos blindados, hasta que a mediodía, con el palacio en llamas por el bombardeo, el Presidente Allende se quitaba la vida para no caer preso de los golpistas, dejando como legado un último discurso que fue transmitido por radio, donde pronunció con su último aliento: “¡Viva Chile, viva el pueblo, vivan los trabajadores!
Una vez en el poder, los militares persiguieron sin piedad a los simpatizantes del presidente Allende, en su mayoría jóvenes universitarios y líderes sindicales. Y fue en ese momento, que el régimen pinochetista utilizó como campo de detención el Estadio Nacional de Chile. Las gradas del coliseo sede de la inauguración de ayer, fueron una vez “hogar” de 20,000 personas, las cuales fueron torturadas, golpeadas y asesinadas por los soldados.
El estadio volvió a ser sede de la selección chilena ese mismo noviembre, el motivo, el repechaje contra la URSS para calificar al mundial de Alemania 74. Pero, la escuadra soviética no se presentó al encuentro debido a que rechazaba el golpe militar, además de que el inmueble había servido como campo de concentración. La escuadra chilena, en un acto antideportivo, salió a la cancha y metió el gol del triunfo con la portería vacía. Símbolo demoledor.
En el reglamento de ética de FIFA y de la mayoría de las federaciones castigan las manifestaciones de índole política. Sin embargo, al revisar la historia latinoamericana, el futbol ha sido un arma poderosa para los gobiernos en turno, y ayer en el estadio Nacional estuvieron presentes en el imaginario colectivo todos esos jóvenes que perdieron la vida por defender lo que creían. Esperemos que se les dé el homenaje merecido y que su recuerdo no sea olvidado, para que así no se vuelvan a repetir las agresiones del pasado.
Algo Más. El esclavismo en el siglo XXI. Por donde se le mire el draft en México es un sistema que rebaja a los jugadores y los pone al nivel de una mercancía cualquiera. En la semana que dura el régimen de transferencias, los futbolistas no tienen voz ni voto, los dueños acuerdan en restaurantes y hoteles lujosos el destino de familias enteras como si fueran cualquier cosa, y cuidado con aquel que intente denostar el sistema actual, porque terminará denigrado y aislado. ¿Hasta cuándo las autoridades laborales voltearán y se darán cuenta de las violaciones que se cometen en el futbol? Así como los trabajadores agrícolas de San Quintín, no importa el monto del salario, la esencia es la violación al derecho a la libre contratación.
pedropenaloza@yahoo.com / Twitter: @pedro_penaloz

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