Leyenda de la Procesión de las ánimas en Coatepec, Ver.
CRÓNICA COATEPECANA
Dr. Jesús J. Bonilla Palmeros
jesus_bonilla1@hotmail.com
En el año de 1990 como parte de las actividades del taller de Investigación Histórica en la Casa de Cultura de Coatepec, nos dimos a la tarea de registrar las prácticas culturales en torno a la Festividad de Todos Santos. Tarea que se llevó a cabo por medio de entrevistas a personas de edad avanzada, así como la documentación de los altares que se manufacturaban en torno a la celebración de muertos.
La información recuperada durante varios años permitió publicar de forma muy sencilla un pequeño boletín con datos de primera mano sobre la tradición de Todos Santos en Coatepec, incluidas las numerosas manifestaciones locales en torno a la festividad. En dicho trabajo se destacaron los diversos tipos de altares, las creencias en cuanto a la llegada de las ánimas y el tipo de ofrendas que se colocaba a cada una de ellas, así como una leyenda que ha sido contada de generación en generación para justificar la tradición de ofrendar a nuestros familiares ya fallecidos, la cual reproducimos a continuación.
“Cuenta la historia que había una niña huérfana de madre, quien vivía junto con su padre en una humilde casa ubicada a las orillas del pueblo, y por esos días se llegó la festividad de “Todos Santos”, entonces la niña le pidió dinero a su papá para poner algo en el altar a su madre fallecida, a lo que el hombre se negó y le pidió pusiera dos piedras de su parte en el altar a su madre fallecida, ante tal contestación la niña desconsolada se fue al monte y cortó flores, formando con ellas un ramillete, mismo que puso en el altar junto con unas rajitas de ocote y un platito de quelites, obsequio de una vecina. A su vez el padre sin respetar el día se fue al campo a trabajar, donde al estar cortando leña vio una luz que se empezaba a formar a lo lejos, misma que cada vez aumentaba de tamaño, espantado corrió a esconderse detrás de un árbol desde donde observó que se trataba de una gran cantidad de gente que pasaba cargando todo tipo de recipientes: tenates, canastas, cazuelas y platos, conteniendo toda clase de alimentos, y grande fue su sorpresa al ver casi al final a su esposa que llevaba en una mano un ramo de flores, el platito de quelites y en la otra las piedras “endonadas” por él. Al ver esto corrió arrepentido a su casa y le ordenó a su hija que comprara muchos alimentos para ponerle en el altar a su madre, a lo cual la niña le respondió ¡es muy tarde, ya se fueron y será hasta el año que viene cuando vuelvan a visitarnos! Desde entonces no hubo año en que no se pusiera bastante ofrenda en el altar dedicado a su esposa”.
En otras versiones de la misma leyenda, se relataba que el papá de la niña le endonaba dos cagadas de vaca al ánima de su esposa, o le decía a su hija que en lugar de comprar velas se alumbrara su mamá difunta con el dedo prendido. También variaba la historia en lo referente a que por haber ido a trabajar el papá al monte en día de guardar, el árbol que intentaba derribar, lo rodeó con sus ramas y lo aprisionó para obligarle a ver la procesión de ánimas con su esposa hasta el final, cargando las dos cagadas de vaca y el dedo prendido como si fuera una vela, el rollito de flores colocado en el altar por su pequeña hija y el platito de quelites ofrendado por la vecina.
Referencias bibliográficas
Bonilla Palmeros, Jesús Javier, “Muerte y Vida en la Festividad de Todos Santos en Coatepec, Ver.”, en Folleto de Difusión Cultural # 2, Casa de Cultura de Coatepec, Ver., IVEC, 1996.
___________ “Ritos mortuorios y concepción de la muerte en la época prehispánica” y “Festividad de Todos Santos en Coatepec, Veracruz”, en: Festividad de Todos Santos. Concepción y misticismo acerca de la muerte en el centro de Veracruz, Arturo Sánchez y Gándara (editor), S y G editores, México, 2008.
___________ Un Abrazo a mi Tierra Coatepec. Cultura y Tradición que Forjan Nuestra Identidad, Imprenta Toscana, Coatepec, Ver., 2014.